Los puentes atirantados permiten salvar “grandes luces, grandes accidentes”, como saltar un río por ejemplo, y destacan por su componente estético. Son puentes “muy urbanos” y se convierten en hitos de la ciudad como ha sucedido con el puente de Castilla-La Mancha que se alza sobre el Tajo en Talavera de la Reina, comentó el ingeniero de Caminos, Ramón Sánchez, quien impartió este jueves en el antiguo Casino la conferencia inaugural del curso de la Escuela de Ingeniería de Caminos, Canales y Puentes de Ciudad Real.
Sánchez, profesor de la Escuela ciudarrealeña y responsable del estudio toledano Arquitectos Ingenieros Asociados (A. I. A.) que creó el puente atirantado de Castilla-La Mancha en Talavera, disertó sobre la evolución de este tipo de puentes en España, desde el primero que se construyó en el año 27 hasta el último que se ha trazado, el de la Bahía de Cádiz, sin olvidar “uno de los mejores” como el del embalse de Barrios de Luna, en León.
En la calidad de los materiales, los métodos de cálculo y la estética, ya que no sólo se busca que sea “un elemento resistente sino que se le pide algo más”, se ha mejorado muchísimo en la construcción de este tipo de puentes que suelen estar entre los que más llaman la atención y tienen “un impacto visual muy agradable en la ciudad”.
Su estudio, AIA, ha creado el diseño de varios puentes atirantados como el de Talavera o el de Arriaca en Guadalajara y, por otra parte, ha ganado este año el Concurso Internacional para la construcción de un nuevo puente, en ese caso de arco único, junto al romano de la localidad cacereña de Alcántara. En relación con este proyecto, indicó que se pretende, por un lado, aliviar de tráfico el romano que está sobrecargado, el cual lleva siendo utilizado 2.000 años pero con las cargas actuales 50; y, por otro lado, tener otro punto de vista desde el nuevo puente del antiguo en un lugar muy visitado por turistas, elegido el Mejor Rincón de España en 2014. En el proyecto, se conjuga el doble objetivo de conservar el puente romano y poner en valor el patrimonio, agregó Sánchez.
Junto a su hermano, que es arquitecto, dirige AIA, en cuya trayectoria profesional ha influido de forma muy positiva la simbiosis de arquitectura e ingeniería en sus proyectos. En la construcción de puentes, buscan la que creen que es la mejor solución para el entorno, que funcionen correctamente y, dentro de los límites económicos, darles un “plus de diseño”.