Tan cerca de conseguirlo, a noventa minutos de regresar a Segunda B, categoría que perdía el Socuéllamos hace tres temporadas y que no ha conseguido recuperar después de dos intentos fallidos a cual con desenlace más cruel.
La primera intentona fue la final disputada en Salamanca, donde el equipo acariciaba el ascenso pero un discutido penalti en el descuento daba al traste con el sueño de volver.
La siguiente temporada, los azulones ganaban enteros finalizando primeros en Liga, pero en la ronda de campeones la tanda de penaltis de Mérida daba de nuevo al traste con sus ilusiones. Después, en otra final, un Algeciras superior terminaba por frustrar las esperanzas de éxito.
Esta será la tercera intentona, y tiene que ser la vencida para los socuellaminos, que ya daban el primer paso el pasado sábado en el mismo escenario ante el Toledo, despejando todas las dudas surgidas en torno a la preparación tras el parón, después de ofrecer una gran medida en el aspecto físico y en el táctico, para tenerlo quizá si cabe más cerca que en ocasiones anteriores.
Ahora les sirve un empate y el escenario no será ningún infierno, sino un campo neutral, sin público, cerca de casa y de superficie sintética, donde más acostumbrados están a jugar.
En el peor de los casos, una derrota ofrecería la oportunidad de una repesca ante otros primeros eliminados, pero nadie quiere oír ni hablar de esa opción ni pensar que se va a jugar con colchón, el precedente no fue bueno.
Enfrente un potente rival, uno de los grandes favoritos al título a inicios de temporada que en la otra semifinal daba cuenta del Quintanar del Rey, y eso que el empate jugaba en su contra y se vio obligado a remontar el tanto inicial de los conquenses.
Si el partido entre Socuéllamos y Toledo fue más templado, en la otra semifinal hubo momentos en que subieron los decibelios. Dependiendo de por donde se mueva el marcador, el Guadalajara es un equipo, que no exento de gran calidad, sabe manejarse bien con ventajas cortas y tensar la cuerda.
Culminar con éxito esta empresa, llevará detrás una dedicatoria especial para Paco López, el directivo fallecido por coronavirus en los inicios de la pandemia, muy querido por sus compañeros de la junta y por toda la plantilla. Una motivación extra para el equipo, que vuelve a tener a un paso el bronce de la Segunda B.
Sin celebración
En el caso de que el Socuéllamos lograse el ascenso, tanto desde el Ayuntamiento de la localidad como desde el club (la FFCM también ha emitido un comunicado en estos términos haciendo sobre todo especial hincapié en que las aficiones no se desplazasen hasta Alcázar de San Juan), han instado a los aficionados a que no salgan a la calle a celebrarlo y que se eviten las aglomeraciones. El equipo tampoco iría por tanto al Ayuntamiento tras el partido para ser recibido por sus seguidores.