Pilar Ramírez, ganadera de vocación: Hay que visibilizar nuestro trabajo

Lo mismo comenta la presencia de especies de la biodiversidad del paraje donde está pastoreando, que graba una rápida recogida del rebaño ante un inesperado chubasco o explica en una nota escrita lo que es ‘el ajuste de los pastores o por San Pedro’.

Es Pilar Ramírez (1989), una joven ganadera muy activa en redes que con su ejemplo reivindica la visibilidad de la mujer en el campo.

Alegre, vitalista y vocacional, esta graduada en Enfermería de Argamasilla de Alba, eligió seguir vinculada al sector ganadero, que desde hace tres años ejerce como profesión en una explotación familiar de ovino y caprino en Tomelloso.

Su historia es la de una mujer de 30 años, comprometida con el oficio ancestral del cuidado de los animales, que a ella le apasiona, y con la conservación viva del medio rural. Pero Pilar también es una joven de su tiempo, consciente de las desigualdades sufridas por las mujeres en todos los ámbitos, incluido el sector agropecuario.

Pilar Ganadera
LA joven de Argamasilla de Alba trabaja en una explotación familiar de Tomelloso / Lanza

Criada en una familia de ganaderos, “toda mi vida he visto cómo la mujer siempre ha estado presente en las explotaciones, pero en un segundo plano”, una injusticia que ahora con su ejercicio particular y acervo quiere revertir porque “toda la sociedad gana”.

Desde el convencimiento de que hay que dar voz a la mujer rural, cree necesario que a través de distintas vías “se reconozca el trabajo que hacemos nosotras porque es imprescindible en este entorno”, apunta desde la vena más reivindicativa que ha canalizado a través de su incorporación a Ganaderas en Red (GeR).

Su propio día a día, junto a su novio, cuñado y suegro, lo ponen de manifiesto. Como una más de la plantilla tiene asignadas unas tareas en la atención de las 900 cabezas de ganado ovino (cruce manchego con lacaune) y las 80 de caprino (murciano-granadinas) de la explotación. De manera más específica se ocupa de las siete parideras anuales, cinco de ovejas y dos de cabras, que mantienen para “sustentar unos niveles óptimos de leche”.

Es la actividad “que más me gusta” y pone tanto cuidado que “los índices de mortalidad son muy bajos”. También colabora en las prácticas de mejora del ganado, “desviejando muy a menudo” y dejando corderas y chotas de reposición, cuyas madres atiendan a estos dos criterios: morfología específica de la ubre y cantidad de leche.

Como ganadería en extensivo también aprovechan “al máximo lo que el campo nos ofrece”, para así abaratar costes como los de la compra de piensos y forrajes para la alimentación de las ovejas en producción.

Pero es en el pastoreo donde Pilar defiende y hace visible este oficio ancestral a través de las redes sociales, con reflexivos y a veces chisposos comentarios en vídeos que la han hecho tener una legión de seguidores.

”Busca (ella lo ha encontrado) un trabajo que te guste y no trabajarás el resto de tu vida”, sostiene como un lema de vida.

Sobre la mejora de los precios de la leche, una de las grandes reivindicaciones del sector, Pilar señala que se debe, entre otras causas, a que “muchas ganaderías han desaparecido” , ya que “cuesta mucho producir en relación al precio que tiene”.

“Podemos hacer grandes cosas”

Pilar también está muy ilusionada con su integración en el colectivo de Ganaderas en Red, que intenta “dar voz a esas mujeres que en silencio construyeron la historia, que nos hace ver que no estamos solas y que entre todas podemos hacer grandes cosas”.

Esta comunidad de mujeres de distintos territorios, con unas 150 integrantes “valientes y orgullosas de nuestro trabajo”, mantendrá un encuentro los próximos días en un pueblo de Zamora, al que Pilar acudirá junto a Ramona, otra ganadera ciudarrealeña de La Solana.

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