El Calvo Sotelo dio el pasado domingo en el José Camacho un golpe encima de la mesa de cara al objetivo del ascenso. El equipo industrial se remangó y bajó al barro para salir victorioso de un campo difícil y ante un equipo muy difícil. Julio abría la lata al poco de comenzar el partido y Diego se metió en propia puerta para establecer la igualada siete minutos después. Sin embargo, Sousa también se metía en propia puerta y ponía el 1-2 para los azules que rascaron tres puntos de oro en el coliseo franjiblanco.
Una vez finalizado, el técnico del Calvo Sotelo reconocía que “el partido fue todo un partidazo digno de la categoría; vibrante, emocionante, con incertidumbre. Estuvimos a un gran nivel y hubo futbolistas que dieron un paso importante a nivel competitivo por la exigencia del rival. No fuimos capaces de matar el partido pero si fuimos capaces de apretar los dientes y saber sufrir en situaciones comprometidas”.
No dudaba Andrés Viñas en elogiar el potencial de su rival tanto a nivel de equipo como a nivel de individualidades, por eso señalaba que “en frente había un rival que, de los once que estaban de inicio, seis o siete venían de jugar en tercera división el año pasado, mientras que nosotros, de los once que salieron de inicio, seis partieron desde cero en Segunda Autonómica conmigo, y diez de ellos eran de Puertollano, lo cual me hace sentir muy orgulloso”.
Y es que es hablar de su equipo y el mister industrial no puede hacer otra cosa que elogiar a sus pupilos. “A nivel humano solo tengo palabras de agradecimiento a estos chavales porque es una de las grandes virtudes con las que cuento. Lo están dando todo y son inconformistas. Además, otra de las cosas a tener en cuenta es que de los dieciocho convocados, diecisiete están formados en las categorías inferiores de Puertollano y eso es algo muy bonito porque demuestra que Puertollano tiene cantera”.
De cara al futuro no quería tirar campanas al vuelo porque “quedan muchas jornadas por delante y todavía no hay nada hecho, pero en Manzanares nos llevamos un buen subidón en lo anímico. Estamos en una situación idílica y privilegiada”. Además, no dudaba en dar las gracias y elogiar a su número doce, la afición, esa que volvió a desplazarse para arropar a su equipo. “La afición la podemos poner a la misma altura que la plantilla ya que van en la misma línea y por el mismo camino. Hay que ponerle un diez y darle las gracias”.