El acusado de secuestrar a su expareja, llevándosela desde Villamanrique hasta Alicante, niega que fuera un secuestro y dice que todo fue voluntario

Adrián S.G., vecino de la alicantina localidad de Albatera, acusado de secuestrar, amenazar y agredir a su todavía mujer, con la que se encontraba en trámites de divorcio, ha negado que secuestrara a su expareja y ha afirmado que fue consentido que ambos viajaran desde Villamanrique, donde ella residía, hasta Albatera.

Así lo ha indicado el acusado durante el juicio que se ha llevado a cabo en la sección segunda de la Audiencia Provincial de Ciudad Real, en el que se juzgaba a Adrián S.G., por unos hechos que se remontan a la noche del 4 al 5 de noviembre de 2018, cuando el acusado se desplazó desde Albatera, donde residía, a Villamanrique, donde residía su todavía mujer, Atalaska K.K., de la que estaba en trámite de divorcio.

Según la Fiscalía y la denuncia de la propia víctima, sobre las 00:30 horas del 5 de noviembre y aprovechando que Atalaska K.K. salía de la vivienda a tirar la basura, el acusado se dirigió a su encuentro y, utilizando como cebo a la hija menor común que se encontraba residiendo con el mismo, le pidió ayuda para su cuidado y traslado al hospital diciéndole que estaba enferma con neumonía. Ante ello, la expareja subió al turismo percatándose que no era cierto, ya que la menor se encontraba en el asiento trasero del vehículo en perfecto estado. Tras montarse en el coche, el acusado emprendió viaje hacia la localidad de Albatera, quitándole el móvil a su expareja.

Durante el trayecto, según la Fiscalía, pese a que la mujer le pidió en varias ocasiones que la dejara marchar, el acusado se lo negó, mientras la insultaba y la amenazaba. Además, el acusado atendió las llamadas y mensajes que su mujer recibía en su móvil, procedentes de su actual pareja sentimental, al que dijo que se olvidara de ella y que si seguía llamando “la iba a pegar y que si iba a la policía la mataría”.

Unas acusaciones que el supuesto autor de los hechos ha negado taxativamente, esgrimiendo que, durante el trayecto, pararon en varias ocasiones a estirar las piernas y echar gasolina, pudiendo haber huido o pedir auxilio. De igual modo, el acusado ha negado que forzara a su expareja a montarse en el coche, ya que la estuvo esperando “casi dos horas” en la puerta del domicilio donde residía a petición suya, aunque sí ha afirmado que la mujer se montó en el vehículo sin ninguna maleta o abrigo, ya que éste, según consta la denuncia y en la declaración de la víctima previa al juicio, había dicho que era para llevar a su hija al hospital por una supuesta neumonía.

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Vista judicial, celebrada este miércoles, en la Audiencia Provincial de Ciudad Real / Elena Rosa

Dos horas en la casa de campo de Albatera

Tras el trayecto, tanto el acusado como la supuesta víctima llegaron sobre las cuatro de la madrugada a una casa de campo del acusado, situada en mitad del monte. Allí cerró la puerta de la valla perimetral y también la puerta de entrada a la casa con llave. Ante este hecho, el acusado ha señalado que “es normal que se cierre la puerta cuando uno llega a su casa”, pero que la supuesta víctima podría haber salido cuando hubiera querido, ya que, tal y como ha indicado, echó la llave, pero éstas se quedaron en la cerradura.

Actuación de los agentes

Tanto la madre de la víctima como su actual pareja denunciaron ante la Guardia Civil de Villanueva de los Infantes que ésta había salido a tirar la basura y que no había vuelto, asegurando que cuando la llamaron y enviaron mensajes de SMS y de WhatsApp contestaba el acusado. Algo que han corroborado los agentes de la Guardia Civil y de la Policía Local de Albatera que han testificado en el juicio.

Ante el aviso de la madre y de la pareja, la Guardia Civil de Villanueva de los Infantes dio aviso a la Guardia Civil de Albatera y a la Policía Local de la misma localidad para que investigaran sobre qué podría haber pasado y se personaran en la casa de campo del acusado. Ante esto, los agentes de la Policía Local acudieron hasta el lugar donde se encontraba el acusado y su expareja.

En un primer momento, sobre las 7:00 de la mañana, dos agentes de la Policía Local, según han narrado en la sesión judicial, que se personaron en la vivienda, donde el acusado les dijo que la víctima se había ido una amiga. Posteriormente, los agentes volvieron a la vivienda y, tras su insistencia, el acusado reconoció que la víctima estaba en el interior de la vivienda. Extremo que también ha confirmado el acusado, excusándose de que en la primera visita de los agentes se puso “muy nervioso” y por eso mintió.

El acusado abrió la puerta a los agentes y uno de ellos se quedó fuera con él y el otro accedió al interior de la vivienda para interrogar a la víctima, la cual, según el testimonio de los policías, se mostraba “temblorosa, asustada y muy nerviosa”. Tras tranquilizarla, la mujer reconoció que estaba allí retenida contra su propia voluntad, testimonio que los agentes dieron por válido, deteniendo así al supuesto autor de los hechos que, tras pasar a disposición judicial, quedó en libertad.

La víctima se niega a declarar

La víctima y también denunciante de los hechos se ha negado a declarar durante la sesión judicial, alegando que “no quiere hacer daño al padre de su hija”. Una acción que ha llevado al magistrado del tribunal, Ignacio Escribano, a pedir que se refleje en el acta esta negativa, pidiendo la deducción de testimonio, iniciando así un procedimiento penal para ella por “desobediencia a la autoridad”.

Declaración de la víctima / Elena Rosa

La Fiscalía mantiene la pena mientras que la defensa pide la libre absolución

La fiscal del caso ha mantenido para el acusado la pena de seis años de cárcel por un delito de detención ilegal, otros 10 meses por un supuesto delito de maltrato en el ámbito familiar y un año más de cárcel por supuestas amenazas en el ámbito familiar, ya que, según la fiscal, aunque la víctima no ha querido declarar, con la declaración de los cuatro agentes de la Guardia Civil y los dos policías locales de Albatera que han testificado en el juicio queda probado que la víctima no estaba en Albatera voluntariamente.

Por su parte, el abogado de la defensa, Rosario Rodríguez, que ha actuado de oficio, ha pedido la libre absolución para el acusado, pues no ha quedado acreditado que la víctima estuviera allí retenida contra su voluntad ni que los mensajes que se enviaron a la madre de la víctima o a su actual pareja los profiriera el acusado.

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