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“El mal que me han hecho es muy grande”

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Edgar C.F., padre del dueño del pub Azúcar de Puertollano en 2012, fue una noche de sábado a echar una mano a su hijo en el local y terminó en el hospital, con graves lesiones en los ojos, que, cinco años después le han provocado perdida de visión en uno de ellos y falta de agudeza visual en el otro. “El mal que me han hecho es muy grande”, ha explicado hoy en el juicio ante la Audiencia Provincial en el que se juzga a los tres presuntos culpables.

El peso de la acusación por un delito grave lesiones recae sobre José Antonio A. T, al que Edgar reconoce sin dudas como la persona que le golpeo con un taburete en la cabeza. Este hombre, con antecedentes por hechos similares, comparte banquillo con los hermanos David y José Miguel L.P., que admiten su participación en la trifulca, pero no los golpes al padre, que tampoco reconoce el principal acusado.

La bronca empezó por el hijo por una botella de whisky

La bronca en realidad comenzó con el dueño del local y se desmadró hasta alcanzar al progenitor. Los hermanos David y José Miguel, y su amigo José Antonio A.T. estaban sobre las cuatro y media de la madrugada del 22 de abril tomando copas en el pub cuando a José Antonio se le ocurrió coger una botella whisky del interior de la barra, y al parecer también una cartera con 200 euros.

Con ese botín los tres se fueron para los servicios de caballeros. La camarera, esposa del dueño, los vio y avisó a su marido Carlos A.C.L. que les pidió, -según el de buenas maneras- que se fueran y dejaran la botella. En vez de eso los tres empezaron a forcejar con él, con empujones etc, y se lió una incomprensible bronca que terminó con el padre lesionado gravemente y otra cliente trasladada al hospital por un golpe.

Carlos A.C.L., de origen colombiano, también recibió golpes e insultos del tipo “colombiano de mierda te vamos a matar”.

La violencia de los tres fue tal que no contentos con los puñetazos a las personas la emprendieron a mamporros con taburetes contra el cartel luminoso del pub e incluso una furgoneta que estaba aparcada en la calle, propiedad del Ayuntamiento de Puertollano (le rompieron los cristales).

8 años de cárcel

Por estos hechos fiscalía y acusación particular reclaman 8 años de cárcel para José Antonio A.T., por un delito de lesiones. Además exigen una indemnización de 175.000 euros a través de su abogado José Antonio Cano Mata, que ejerce la acusación particular.

Para los hermanos David y José Miguel, que admiten que esa noche estaban muy borrachos y se pasaron, las penas son de multa por varias faltas de lesiones, amenazas y daños, pero no de prisión.

Los tres deben pagar los daños en el local tasados en algo 1.600 euros y en unos 200 en la furgoneta del Ayuntamiento.

El juicio seguirá este miércoles.

 

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