José Manuel Sánchez Valdivia, que tiene su farmacia en la calle Toledo de Ciudad Real, explica que su actuación profesional durante la pandemia, lejos de resentirse “se ha multiplicado”, puesto que “al tratarse de una crisis sanitaria los ciudadanos han buscado, incluso con mayor frecuencia, a su farmacéutico. Y más aún con la suspensión de las consultas de Atención Primaria, que quedaron reservadas para urgencias”. Por ello considera que los farmacéuticos se han convertido en “los profesionales sanitarios más accesibles para la población”.
Sánchez Valdivia reconoce que han sido momentos duros, ya que, entre otras circunstancias “se han registrado, desgraciadamente, fallecimientos entre nuestro colectivo”, a lo que añade que, ante el desabastecimiento del mercado, “también ha habido momentos de frustración por no poder darle a nuestros pacientes aquello que nos demandaban cuando se trataba de alcohol, termómetros, geles, mascarillas, etc.”. En cualquier caso, “no ha faltado ni ha habido desabastecimiento de los tratamientos habituales de la población, ni de aquellos prescritos excepcionalmente para los enfermos de Covid-19”.
Una situación tan atípica como la generada por el coronavirus también ha afectado a los pacientes. “Los primeros días tras decretarse el estado de alarma, daba la sensación de que una parte de la población no era consciente de la gravedad de la situación. Pero, a medida que pasaban los días, y aumentaban los datos del número de afectados y fallecidos, fuimos notando como crecía la preocupación y también la responsabilidad de todos. Y ya, durante el resto del confinamiento, se ha mantenido la tónica del respeto y la prudencia”.
Para Sánchez Valdivia, la situación ha sido especialmente difícil para los pacientes más vulnerables. En concreto, “con la población de más edad y con las personas que viven solas”. Y es que “para ellos la soledad ha sido más larga de lo normal”. Pero, este hecho, “ha despertado” la solidaridad entre la población. “En nuestro caso particular, nos hemos encargado de proveer a esta población de sus tratamientos. Unas veces eran los hijos o los vecinos, mientras que otras veces se realizaba a través de un concierto con Cruz Roja para hacerles llegar sus medicinas. Incluso, en las ocasiones que requerían de cierta urgencia, lo hacíamos nosotros mismos”.
Para este farmacéutico la pandemia ha generado “incertidumbre a cuándo habrá una vacuna o un tratamiento, a si habrá o no un rebrote, a si la situación económica derivada remontará, etc.” A este respecto señala que “a todos nos ha pillado partiendo de cero, sin experiencia ante esta situación”, pero “la próxima vez estaremos todos más preparados, aunque esperemos que no haya próxima vez”.
Por todas estas circunstancias, considera “fundamental” la solidaridad y el respeto mutuo por las normas ante una crisis sanitaria como la que nos enfrentamos y ante la cual la sociedad debería salir más cohesionada y más fuerte”.
Cristina López-Casero, farmacéutica de Campo de Criptana
La farmacéutica Cristina López-Casero Beltrán, explica que durante la pandemia la labor profesional que han desempeñado ha estado dirigida fundamentalmente a “atender a la población lo mejor posible, dando todos los servicios que teníamos a nuestro alcance, tanto a nivel de productos como a nivel humano. Evidentemente, el coronavirus nos ha hecho trabajar bajo mucha presión, mucha preocupación y cierto miedo a la incertidumbre de la enfermedad”.
En su opinión, la aparición de la Covid-19 les ha hecho trabajar de una “manera diferente”, al haberse tenido que acostumbrar a los equipos de protección, las mascarillas, etc. Por ello opina que “trabajar bajo esa presión y en las circunstancias en las que lo hemos hecho, siempre es un poco difícil, pero en el momento en el que nos hemos acostumbrado, lo hemos normalizado lo máximo posible”.
López-Casero, que tiene su farmacia en Campo de Criptana, recuerda como los pacientes que han acudido a su establecimiento sanitario presentaban “mucha preocupación e incertidumbre”, en especial, “las personas mayores y con enfermedades de riesgo, las cuales tenían mucho miedo porque no sabían a lo que se enfrentaban”.
Pero, como de cada situación adversa se puede sacar una lectura positiva, Cristina considera que de cara al futuro “debemos de estar preparados”, por tanto, “necesitamos un mayor soporte sanitario a nivel nacional para afrontar todo lo que nos venga, ya sea esta pandemia u otra situación adversa”. Es por ello que, de ahora en adelante “estaremos preparados para afrontar cualquier brote de cualquier virus que se pueda producir y estando alerta ante cualquier repunte que pueda haber”.
La unión de los ciudadanos para hacerle frente al coronavirus ha sido otro aspecto positivo para López-Casero. Y es que “desde el primer momento, sacamos la unidad para ayudarnos los unos a los otros. Por tanto, esa unidad en la gente y ese apoyo mutuo entre todas las profesiones y entre los vecinos ha sido muy positiva. Los seres humanos hemos demostrado que somos versátiles y que podemos salir adelante en cualquier situación, por muy difícil y complicada que sea”.
Eduardo Quintana Tirado, farmacéutico de Terrinches
Para Eduardo Quintana Tirado, los farmacéuticos han demostrado durante la pandemia que “somos esenciales y muy importantes dentro del sistema sanitario”. En este sentido, califica a la farmacia del medio rural como un referente “social y sanitario”, sobre todo al afirmar que el modelo sanitario español “se sustenta mucho en la farmacia rural”. Y es que “el hecho que, en cada pueblo, por muy pequeño que sea, haya una farmacia, proporciona mucha tranquilidad y garantías a los habitantes”.
Este farmacéutico de Terrinches considera que un hecho muy importante ha sido la “colaboración diaria” que ha existido entre los farmacéuticos, médicos y enfermeros durante la época de pandemia. “Y eso es algo que habría que potenciar de cara al futuro, pues, al final, los grandes beneficiados serían los pacientes”.
Por este motivo, no duda en romper una lanza en favor de las farmacias y de los farmacéuticos. “En España tenemos una red de farmacias impresionante, aunque no se utilizan todo lo que debieran. De cara al futuro pienso que habría que potenciar su uso, porque en ella trabajamos profesionales de la salud, que estamos muy cualificados, altamente formados y que hemos demostrado estar a la altura ante una situación de crisis como la generada con la Covid-19”.
Quintana Tirado considera que después de estos meses, “salimos reforzados”, porque “como farmacéutico me considero uno de los referentes sanitarios del pueblo. Y creo que la gente también tiene esa impresión. Pienso que hemos sido el primer filtro de nuestro sistema sanitario, con la situación que ello conlleva, pues en España ha habido muchos compañeros que lamentablemente han fallecido”.
Respecto al comportamiento que han mostrado los vecinos, Eduardo recuerda como sobre todo durante el primer mes de la aparición del coronavirus, “había muchísima tensión y muchos nervios. A su vez, nosotros estábamos sintiendo mucha presión porque era una situación desconocida. Hemos tenido que actuar con la mayor responsabilidad posible. En las farmacias de los pueblos pequeños, además de realizar la labor que hacemos normalmente, hemos tenido que atender psicológica y médicamente a nuestros pacientes y vecinos. Por este motivo, en los pueblos pequeños los farmacéuticos hemos sido un pilar muy importante para resistir esta situación”.
A este respecto recuerda que como en los pueblos vive mucha gente mayor que suele ser más vulnerables a este tipo de virus, y para evitar que se acercaran a la farmacia o tuvieran que desplazarse al médico, “les hemos estado llevando los medicamentos a sus casas, haciendo una asistencia casi personalizada”.
