A rey muerto, rey puesto. Apenas nueve horas después de anunciar el club la no continuidad de Pepe Masegosa, el Calvo Sotelo anunciaba en la mañana de este martes a su primera piedra del nuevo proyecto.
Se trata de Fernando Lominchar, toledano de 42 años que hace poco tiempo colgaba las botas como jugador para enrolarse en los banquillos. Lo hizo en el CD Villa para, más tarde, pasar por el Villacañas, el club de su vida.
En el equipo de Las Pirámides estuvo tres temporadas hasta que en febrero de este año, y por mutuo acuerdo, Lominchar se desvinculara del Villacañas para dejar paso a Pedro Velasco.
Al final, pese a coquetear con esos puestos de descenso por arrastre, el Villacañas se salvó gracias a la permanencia conseguida por el Socuéllamos.
Desde que Lominchar se desvinculara del equipo toledano, no ha parado de ver al Calvo Sotelo como lo hizo en el Enrique Roca de Murcia para ver de cerca la evolución del equipo.
De esta manera, la directiva del Calvo Sotelo apuesta por un técnico joven, metódico, vanguardista en su metodología y buen conocedor del grupo XVIII de Tercera División para intentar lograr el objetivo del ascenso.