Sierra Madrona, dice la geografía, es la cadena montañosa situada en Sierra Morena, perteneciente a la provincia de Ciudad Real ya en los límites con Córdoba y Jaén. Está delimitada por el valle del río Robledillo y las sierras de La Solana y Umbría de Alcudia por el norte, por el valle del río Montoro por el Este y por la Sierra Quintana por el Sur. Nombres que hacen referencia a las características de cada uno de los lugares.
Cuando se llega a Sierra Madrona por la N-420 que va hacia Córdoba, además de reconocer los cambios de una carretera que ha mejorado de forma más que notable, aparecen los bosques de alisedas, serbales y fresnos. Helechos, jaras, brezos, retamas y genistas, romeros, mejoranas y cantuesos surgen en cada rincón de la zona. Las encinas, y los alcornoques, los quejigos y melojos nacen en las pendientes de los valles. Una de las zonas de melojos más meridional de España con zonas extensas y bien mantenidas.
Para los amantes de la geología un paraje también singular de esquistos, pizarras, cuarcitas con algunas grauvacas y areniscas con un muestrario, para estudiantes, de anticlinales y sinclinales que explican la formación geológica de la zona que tiene también una buena representación de zonas plegadas y fallas.
En este momento del otoño la zona tiene una especial belleza. Los madroños con sus frutos rojizos resaltan en el conjunto de la vegetación. Una confirmación de los topónimos, los nombres que dan sentido a cada zona de la geografía. Porque Sierra Madrona recibe su nombre precisamente de la presencia de esa planta.
Y junto a la renovada carretera que lleva a Córdoba, Fuencaliente que trepa en la ladera escarpada de la montaña con sus casas blancas que ocupan sus calles empinadas que llegan hasta el borde de la gran pared rocosa del fondo. Y desde su altura la posibilidad de disfrutar de la belleza de un espacio natural privilegiado de valles y elevaciones recubiertas por la vegetación compacta y diversa.
La acción del hombre ha dejado en las paredes rocosas de zonas resguardadas esas pinturas esquemáticas que dan testimonio de sus formas de vida y de su permanencia en este territorio. Para el urbanita civilizado sigue existiendo una de las mejores cocinas de Castilla La Mancha en el restaurante del nombre de la zona: Sierra Madrona. En este otoño, todavía cálido, la visita al paisaje de la zona es una de las excelentes posibilidades de conocer y disfrutar de la variedad de nuestra geografía provincial.
