El Reño no sabe ganar al Azuqueca

La afición del Reño se hacía cruces en la grada y se lamentaba de la mala suerte del equipo. Es lo normal, viendo que los suyos fallaron una tras otra las ocasiones que generaron ante el Azuqueca. Es lo normal pero se equivoca, porque mala suerte hubo muy poca. Mala puntería sí. Y algún error arbitral, un penalti a Ivanchu que pareció clamoroso, pero que el colegiado, Caraballo Rocha, no vio. El resto fue falta de acierto, motivada por esa falta de templanza que dan los pocos años, la crispación por querer agradar, incluso ahora que no hay ya nada en juego. Eso también explica que los colegiados vean al Reño como un equipo imberbe, al que se le puede pitar casi de todo. Y que un conjunto como el Azuqueca, veterano, busque enlodando el partido lo que no consigue con el juego. No es, ni mucho menos, la primera vez que le pasa a los churriegos, que deben aprender de la experiencia para seguir creciendo.

Con todos estos ingredientes, el empate a cero era una opción bastante probable. En un terreno de las dimensiones del Candelario, el Reño se desenvolvió mejor que su rival, un Azuqueca que buscaba la cabeza del inmenso Pancorbo, la astucia de Seubert y la calidad de Mario. Nada le sirvió porque Víctor estuvo imperial toda la tarde, bien acompañado por Peli. Las ocasiones fueron todas blancas. La primera, de Ivanchu, que se quedó solo y al que un defensa derribó cuando iba a lanzar. No lo pitó el árbitro. Poco después, el Reño trenzó una buena jugada y Nene, que tuvo que retirarse posteriormente por una mala caída por la que se le salió el hombro, la puso junto al palo, muy cerca del gol. A la tercera no fue la vencida porque se interpuso el palo, en otra combinación de buen gusto churriego que culminó Luisma.

Se llegó al descanso con empate a cero. El Azuqueca, que tenía cierta obligación moral de ganar, porque el colista es el colista, salió algo mejor y Pancorbo pudo abrir el electrónico, pero su lanzamiento dentro del área salió desviado por muy poco. La respuesta local fue inmediata: Alberto botó una falta que se estrelló en el larguero.

El partido derivó entonces hacia una innecesaria brusquedad y rifirrafes constantes, el más espectacular a los 15 minutos, con Néstor de protagonista. Los ánimos se caldearon en exceso y al colegiado le costaba sacar a relucir las cartulinas. Afortunadamente, no pasó a mayores, aunque el choque continuó hasta el final con un perfil duro, brusco sin razones. Con la bronca, al Reño se le fue la concentración y el Azuqueca estuvo a punto de ejecutar su plan, de ponerle la guinda a esa historia mil veces repetida del perdonador castigado. Pancorbo de cabeza, Roberto Izquierdo dentro del área y, sobre todo, Pancorbo en uno contra uno que pifió ante Javi, no supieron anotar.

Moraleja

La traca final sirve de resumen al partido. El Reño filtró un balón para Ivanchu, Conte le cortó el paso al delantero churriego y esta vez sí lo vio el colegiado, que le mostró la roja. Albertillo quiso recuperar el balón que tenía el meta Raúl para lanzar la falta. De repente este apareció en el suelo, dando vueltas como si algo le hubiera pasado, se levanta y se encara con Alberto al que le saca dos cabezas. Más bronca, resuelta sin tarjetas. Saca el Reño la falta y cae Víctor reclamando un penalti por un codazo. No se pita, se bota el córner que había sido el destino de la falta y Víctor, solo en el segundo palo, cabecea dos, tres centímetros desviado con todo a favor para marcar. Final del cuento, que como todos los cuentos encierra enseñanzas.

Resultados y clasificación