Vuelve a dirigir el firmante de la cuarta entrega, Colin Trevorrow. Y es inevitable volver a sentirme parcialmente deslumbrado -por muy trillados que se encuentren a esta altura- por sus efectos especiales, por alguna persecución vertiginosa y verdaderamente espectacular y por el reencuentro de viejos amigos (Sam Neill, Laura Dern, Jeff Goldblum), salvo la presencia del ya fallecido Richard Attenborough.
No contiene ninguna premisa argumental que la distinga (es elemental su discurso acerca de la necesaria convivencia entre humanos y animales) y se deja ver sin más. No se le pida más a esta propuesta, cuyo tráiler ya resulta revelador y mimético respecto a sus antecesoras. Salvo sorpresas la franquicia puede que esté dando sus últimos coletazos, pero insisto, no se fíen.