La venta de viviendas creció en 2017 en Castilla-La Mancha un 27%, un incremento muy superior a la media nacional en el mismo período (16,3%). Cuatro de cada 10 transacciones se realizaron en la provincia de Toledo que, junto con Cuenca, son las provincias que presentan un mayor dinamismo.
Sin embargo, este ascenso de la demanda no se trasladó al precio, que se mantuvo prácticamente constante con respecto al año anterior.
De cara a este año, BBVA Research resalta la buena evolución de la economía en los principales mercados de origen de los compradores de vivienda secundaria en la región, que podría seguir favoreciendo al sector inmobiliario castellanomanchego.
Castilla-La Mancha cerró 2017 con la transacción de 20.653 viviendas. La mayor parte de las mismas, un 41%, se firmaron en la provincia de Toledo. El mayor incremento de ventas, sin embargo, lo experimentó Cuenca (34,2%), seguida de Toledo (32,2%) y Albacete (30,5%). En las cinco provincias de la región, el mínimo de ventas se alcanzó en 2013. Desde entonces hasta el cierre de 2017, las ventas crecieron un 65,9%, un incremento algo menor que en el conjunto de España (77,1%).
En el primer trimestre del año la evolución de las ventas fue algo menos positiva que la media.
Se vendieron algo más de 5.100 viviendas, el 5,7% más que en el mismo trimestre de 2017, 2,3 puntos menos que el crecimiento medio en España. Por provincias, el mayor dinamismo se registró en Ciudad Real (22,1%), seguido de Guadalajara con crecimientos del 12,5%. Por el contrario, las ventas cayeron en Albacete y Cuenca respecto al 1T17.
El impulso de la demanda no acaba de traducirse en un ascenso de los precios, que se mantuvieron prácticamente estables con respecto a 2016 (-0,3%). Guadalajara ha sido la única provincia que ha visto cómo los precios del metro cuadrado aumentaban (3,9%), una revalorización superior a la media española, que se situó en el 2,4%.
Importante peso de la demanda nacional
El mercado inmobiliario español encadenó el cuarto año consecutivo de crecimiento. La creación de empleo, los bajos tipos de interés, la confianza de los hogares, la escasa rentabilidad de activos alternativos, el buen tono de la demanda extranjera y un impacto limitado de la incertidumbre en el sector están detrás de estos datos. El comportamiento de la demanda ha sido, sin embargo, muy heterogéneo en las diferentes comunidades autónomas.
En Castilla-La Mancha, la venta de viviendas compradas por residentes de otra provincia, consideradas como segunda vivienda, fue el segmento que más contribuyó al incremento de ventas en 2017, con un crecimiento del 52,6% con respecto a 2016. Madrid es el principal 19.06.2018 mercado de origen de los compradores de vivienda en la comunidad. Tras ella, destacan las provincias de Barcelona y Valencia.
La compra por parte de los residentes sigue siendo la más importante en la composición de la demanda. Un 64,3% de las transacciones estuvieron firmadas por ciudadanos de la propia provincia, lo que se considera como compra de vivienda principal. El mercado extranjero tiene un peso muy limitado en la región, donde sólo representa un 7% del total de compraventas.
Los castellanomanchegos que compran una segunda residencia fuera de la región se dirigen principalmente a las provincias de Madrid y el litoral de la Comunidad Valenciana (Alicante y Valencia), uno de los principales destinos vacacionales de la meseta sur española. La distribución es diferente. Mientras Toledo y Guadalajara se decantan principalmente por la Comunidad de Madrid, los mercados principales de albaceteños y conquenses son Alicante y Valencia, respectivamente. En la provincia de Ciudad Real, se reparten el peso de compra de segunda vivienda Madrid (28%) y Alicante (24,1%).
Recuperación discreta de la firma de visados
En 2017 se firmaron 2.949 visados de obra nueva en Castilla-La Mancha, un 3,4% más que en el año anterior. Se trata de un incremento notablemente inferior a la media nacional (26,2%). El crecimiento de los visados se debió al buen comportamiento registrado en Albacete y Toledo.
En el resto de provincias, la obra nueva no acaba de despegar y el número de permisos concedidos cayeron con respecto al año anterior.