Javier Moraleda, director del Instituto Confucio, fundado en el seno de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM) en 2017, explica que las matriculaciones para aprender chino han tenido una evolución de “crecimiento constante” hasta este año en el que “hemos visto una ausencia de crecimiento”, pero no un “descenso notable”, como consecuencia de la situación de pandemia global. No hemos crecido –aclara-, pero nos hemos mantenido en número de alumnos y eso es lo importante, porque nos ha permitido mantener las actividades.
Moraleda reconoce, en este sentido, que el aprendizaje de esta lengua se está teniendo un gran impulso en Europa como “elemento no solo formativo, sino con una estrategia más amplia”, no en vano China lidera hoy uno de los dos grandes centros de poder dentro del nuevo escenario geopolítico global, el polo euroasiático, frente al transatlántico integrado por Estados Unidos y la Unión Europea.
“Y de la misma forma que no nos preguntamos si es conveniente estudiar inglés sino que lo damos por hecho– explica- creo que a partir de ya no vamos a preguntarnos si es necesario estudiar chino porque China se está convirtiendo en un país clave, estratégico, y lidera uno de los dos bloques de poder en la economía mundial”.
Perfeccionar el conocimiento de la lengua
Alrededor de 200 alumnos aprenden en Castilla-La Mancha la lengua de Confucio en todos los campus de la UCLM con un perfil que responde a adultos que quieren perfeccionar una lengua nueva, por cuestiones laborales o currículum, y también a niños españoles cuyos padres optan por que su educación contemple el aprendizaje del chino y también hijos de inmigrantes chinos que viven en España y quieren mantener las raíces con su cultura y la lengua.
Además, desde el Instituto Confucio se hacen eco de todas las fiestas que se celebran en China con la finalidad de contribuir a su difusión en nuestra sociedad. Es el caso de la fiesta del Año Nuevo Lunar que se celebró el pasado 12 de febrero, pero los festejos, en muchos casos, se extienden durante los siguientes 15 días, según explica a ese digital, Violeta, una de las profesoras nativas que imparten este idioma en el campus de Ciudad Real y que ha elegido este nombre en castellano ante las dificultades de pronunciación del suyo de origen.
La escritura es difícil
Violeta, junto a Paula, imparte clases a diario a 20 alumnos desde que llegó a Ciudad Real en octubre de 2019 tras un periodo anterior en Canadá impartiendo clases. Profesora de chino y con un posgrado para enseñar este idioma en el extranjero, explica que “no es difícil” aprender a hablar chino y asegura, incluso, que en un año “se puede sobrevivir” sin muchos problemas, aunque, eso sí, reconoce que para saber escribir en este idioma “se necesita más tiempo”.
“La escritura china –comenta a este digital- es difícil ya que no es un idioma fonético ni tiene tiempos verbales y sus caracteres tienen distintos significados”.
Sobre el perfil del estudiante adulto ciudarrealeño y las dificultades que presenta en su aprendizaje, segura que responde a un alumnado que tiene curiosidad por acercarse a conocer esta cultura y también por aprender y establecer su negocio en China. “Antes de venir a España pensaba que serían universitarios los interesados sin embargo, estudian las personas que están interesadas por otra cultura extranjera”, señala.
En este sentido, se manifestó especialmente orgullosa de una de sus alumnas que el pasado año obtuvo el segundo puesto en el concurso “Puente a China” y que le ha supuesto conseguir una beca para estudiar en Pekín.
Diferentes costumbres para celebrar el nuevo año
Además de expresar su entusiasmo porque podamos contar con el Instituto Confucio como oportunidad de conocer otra cultura, Violeta junto a Paula, profesora para niños, hablan con lanzadigital sobre el día del Nuevo Año Lunar y explican algunas de las diferentes costumbres que hay en un país tan extenso como China para celebrar esta fiesta tremendamente familiar y que, el algunas regiones, incluye visitar a los antepasados.
El Instituto Confucio de la Universidad de Catilla-La Mancha ha celebrado la llegada del nuevo año, el 4.719 para ellos, con la celebración de diferentes actividades que han incluido conciertos, talleres de cocina y música tradicional, concursos y una conferencia sobre una de las etnias minoritarias de esta cultura.
Constancia y paciencia
En el calendario lunar chino, todos los animales tienen ciertas virtudes que son las que caracterizarán al año que empieza. El “Año Nuevo del Buey” acaba de empezar y es el símbolo de la prosperidad que se obtiene a través de las virtudes que se le atribuyen a este animal. El buey transmite tranquilidad y trabajo pausado, pero constante como la herramientas que nos van a llevar al éxito.
“Este es un año en el que tenemos que trabajar, ser constantes y tener paciencia para, cuando esto acabe, alcanzar el éxito”, asegura el director del Instituto Confucio.