“Lo he hecho todo por el amor infinito a la gente del teatro y sólo he pretendido una cosa: Ser un buen hombre”, aseguró ayer Andrés Peláez, tras recibir el reconocimiento del Festival de Almagro a su larga trayectoria en el mundo de las artes escénicas en un acto en el que recibió las felicitaciones de actores, productores, dramaturgos, directores de escena y responsables de distintos ámbitos de la cultura.
Los numerosos elogios que cosechó en realidad eran “mentira”, a juicio del propio Peláez, porque si no hubiera tenido un “sueldazo”, aunque se lo pensó mejor y estimó con humor que se los tendrían que haber dicho antes para haberlos aprovechado en ese sentido. Agradecido por el sentido homenaje recibido, Peláez indicó que la creación y crecimiento del Museo Nacional del Teatro ha sido como “el Paso de la Macarena”, ha ido funcionando a compás con el esfuerzo de “muchos nazarenos” que lo han portado sin perder ninguno el paso.
Ante un Corral de Comedias lleno de amigos y profesionales del teatro, al que se sumaron muchos otras expresiones de felicitación grabadas en vídeo y cartas leídas por Concha Velasco, Gonzalo de Castro e Irene Escolar, dijo que “menos mal” que el acto “iba a ser sencillo” y que no se desarrolló el 18 de agosto, porque si no se suma “hasta el Papa”.
Peláez agradeció el apoyo de los alcaldes de Almagro, entre ellos Luis López -con el que empezó el proyecto del Museo- y el actual, Luis Maldonado, y de personas que han estado al frente a lo largo de este recorrido de la Dirección General del Inaem como José Manuel Garrido, José Antonio Campos y Félix Palomero. Tampoco olvidó a Santiago García y Antonio Fernández, los primeros trabajadores del Museo, del que viven hoy 40 familias, ni a la prensa, esa “mafia espantosa”, que acude cada año al Festival, con la que siempre ha tenido una excelente relación y con la que se impulsaron los premios Ágora de Teatro. Recordó, de forma especial, a la “malvada” Rosana Torres que llegó a calificar como “el Escorialito de Peláez” un Museo que, desde el primer momento, los profesionales del teatro comprendieron que era necesario. Nada más surgir, “Nuria Espert llevó sus cosas allí, luego José Tamayo y José Luis Alonso, y esto empezó a crecer y todos entendieron” la importancia de este proyecto que surgió sin referencias hasta que escuchó a Josep María Flotats decir que “un actor está vivo hasta que alguien le recuerda”, lo que le animó a que este Museo mantuviera viva la historia y la memoria del teatro.
En el transcurso de una larga sucesión de felicitaciones, Nuria Espert se alegró en un vídeo de que estuviera rodeado de fans en el acto Peláez, al que calificó de “guardián de los secretos del teatro”, e Isabel Quintana, en nombre de los trabajadores del Museo del Teatro, dijo que ella y sus compañeros se sienten afortunados porque gracias a Peláez y su “espíritu romántico” este espacio museístico no sólo tiene alma, sino también corazón.
Sabe contarla
De las “conversaciones deliciosas” que proporciona Peláez, quien “conoce como nadie la historia del teatro y saber contarla”, habló Quintana, así como Antoñita, viuda de Ruiz, que resaltó la inteligencia y alegría de un hombre que “parece que no tiene penas”.
Pese a ser “el que más sabe de teatro, el más elegante y sensible”, lo que más valora Nati Mistral de Peláez es que “siendo tan grande no lo quieres ser”, mientras que María José Alfonso abogó por que el Museo del Teatro lleve su nombre.
“Quédese señor Peláez”, apuró Paco Valladares, que aseguró que España no se entiende sin fútbol ni Belén Esteban, de la misma manera que Almagro no es lo mismo sin teatro ni Andrés Peláez.
Flotats agradeció el “fabuloso legado” que ha dejado Peláez y que “honra y prestigia” a los profesionales del teatro ante una sociedad desconocedora de “la seriedad y dureza de nuestra profesión”, Elio Berhanyer le expresó su admiración y cariño, y Benito Navarrete resaltó que ejemplifica la cultura del conocimiento transmitida con jovial vitalidad.
Además de Luis Maldonado y el diputado provincial, José Díaz Pintado, también destacaron el valor de su trabajo Mario Gas, Miguel Narros y Paco Nieva, quien, en una carta, subrayó la puesta en valor que ha realizado de la historia del teatro en un museo “extrovertido, activo, dinámico, cambiante y exultante”.
Su trabajo de mostrar el teatro desde dentro, documentándolo y poniéndolo en conexión con otras disciplinas artísticas, fue resaltado por José Luis Gómez, y también recibió misivas de agradecimiento de Alicia Moreno, que alabó su coraje para crear un museo que hoy es referente, de José Luis Morata, que resaltó su sabiduría, amor y rigor intelectual, y de Andrea D’Odorico, que recordó su gran mérito en la protección de la memoria histórica del teatro.
Conchita Burman, Rosana Torres, José Luis Alonso, José Carlos Plaza, Elisa Romero Huidobro y Joan Francesc Marco no quisieron quedarse atrás en los elogios a Peláez, a quien Gala, en una carta leída por la directora del Festival, Natalia Menéndez, considera la persona que “más sabe de teatro de España y más conoce sus formas diferentes, rostros y expresiones”. Gala, que cuenta en Peláez con un estrecho colaborador para su Fundación, puso en duda que se jubile porque la ilusión le ilumina y el trabajo le llena de ímpetu.