Joaquín M. Coronel
Se cumple el aniversario -uno más desde aquel aciago 19 de julio de 1195- de la Batalla de Alarcos, que supuso la derrota del ejército cristiano frente a las tropas almohades. Sin embargo, tan sólo fue un compás de espera para aquella otra batalla -Las Navas de Tolosa, 1212- que reportaría la definitiva victoria de las tropas cristianas. ¡Siempre batallas! Pues bien, el Cerro de Alarcos, hoy Parque Arqueológico de Alarcos, 31 años después del inicio de las excavaciones en 1984, y 12 años de la declaración de Parque Arqueológico, ocupa 33 hectáreas y quizá la mitad estaba urbanizada. Al ritmo actual se tardarían unos 60 años en terminar la excavación (20 personas x 5 meses cada año, gracias a los Planes de Empleo del Sepecam y la Delegación de Cultura).
Jesús Gómez Rodado, director de la Escuela Alarcos-6 en la última edición y ahora ‘Escuela Taller Parque Arqueológico Alarcos-Calatrava’, indica que, “además, a continuación habrá que ir restaurando todo lo que se va extrayendo, que ahora se hace con los propios alumnos de la Escuela Taller”. Queda, por lo tanto, una labor ingente, casi inacabable en el Parque de Alarcos. Porque donde se ubica el Santuario de la Virgen de Alarcos es un yacimiento íberomedieval de gran importancia, con una etapa anterior, Hierro I, y un momento de primera romanización igualmente presente. Alarcos en su etapa ibérica ha sido identificada por numerosos autores como la antigua ciudad de Lacurris, Lacuri, o Larcuris, «oppidum» oretano citado en las tablas de Ptolomeo.
Tanto las esculturas como los exvotos de bronce hallados en la excavación del yacimiento, nos hablan de su importante pasado ibérico, y su etapa medieval se documenta en los siglos XII y XIII. Las primeras noticias del Alarcos medieval forman parte de la leyenda, al ser incluido dentro de la dote de un posible matrimonio entre la mora Zaida y el Rey Alfonso VI. Reconquistada por Alfonso VII en 1147, es reedificada por Alfonso VIII y encomendada su defensa a la Orden de Calatrava. A partir de esta fecha comienza el declive de Alarcos. Alfonso X es incapaz de repoblarla por lo que traslada a sus habitantes a una aldea próxima, llamada Pozo Seco de Don Gil, y allí funda Villa Real en 1255.
Ahora, tras la incruenta batalla medieval celebrada los días 17 y 18 con la colaboración de Poblete y de Ciudad Real, la sangre no llegó al río. Y sí llegó en cambio el calor humano que traspasó los corazones, y que por fin derrumbó barreras entre pueblos y gentes en torno a un proyecto común. ¡Así también se escribe la historia!
El concierto
El concierto del sábado estaba dedicado a ‘Cervantes y las tres culturas’. No olvidemos que este año se cumple el IV Aniversario de la II Parte de El Quijote. Y el libro está sembrado de refranes que tienen un doble sentido interpretados a la luz de la cábala judía y del mundo morisco. Cervantes conocía muy bien estas fuentes que utilizó “con gracia y discreción”. Hay a lo largo de todo el Quijote un curioso sentimiento de tristeza e impotencia que Cervantes transmite sin querer. Es un intento desesperado de comunicar in extremis una sabiduría condenada a desaparecer. El más español de los libros, que acabó con las novelas de caballería, contiene el mundo de las Tres Culturas. El programa musical reflejó musicalmente esta materia.
Y así fueron sonando canciones en el grupo ‘Música Antigua’, de Juan del Enzina, del Cancionero Musical de Palacio, Luys de Narváez, canción sefardí, y piezas de Diego Pisador, Juan Arañés y Anónimos del XVII. El grupo está compuesto por el artista natural de Ciudad Real, Felipe Sánchez Mascuñano (vihuela y guitarra barroca), Luis Antonio Muñoz (canto, viola de gamba y percusión), César Carazo (canto y viola) y Eduardo Paniagua (director y flautas)
Paniagua dijo no recordar cuántas veces ha venido a Alarcos, “y es una suerte que el Ayuntamiento, aunque cambie de color, vaya dejando siempre el rescoldo. ‘Cervantes y las tres culturas’ es de finales del XVI y XVII, pero hay un guiño a ciertos aspectos de los ya criptojudíos, porque ya no están los judíos. Y en El Quijote y en La Gran Sultana hay multitud de piezas citadas, porque son las grandes obras del momento. Lo bonito es que hicimos dos discos en Alarcos, el de la Batalla de Alarcos, y otro de Al Ándalus. También Sánchez Mascuñano ha hecho 'Perfume mudéjar' que tiene que ver con este mundo. Estamos con la ilusión de acercar la música a los lugares históricos donde se generó. Y es maravilloso que el público del siglo XXI se emocione con un arte inasible que será eterno”.
Es importante construir sobre algo inmaterial como es la cultura, apreció Paniagua. “Y así, el sello 'Pneuma' tiene hasta 150 discos, no todos hechos por mi grupo, aunque sí producidos por mí: Las Cantigas de Alfonso el Sabio, Cervantes y las tres culturas…” El concierto que ofrecieron Paniagua y su grupo buscó mantener “atento al espectador por la variedad de piezas y la calidad de las mismas”.
Por cierto, en el concierto del sábado tuvimos la ocasión de comprobar las buenas vibraciones entre la nueva alcaldesa, Pilar Zamora, y nuestro ciudarrealeño más notable en el mundo de las cuerdas, Felipe Sánchez Mascuñano. Porque ambos fueron amigos en la infancia, y el reencuentro fue de grato recuerdo para ambos.