“Hay que hacerse belenista, cada uno con sus recursos y a su manera”, para, como hacen ellos, crear mundos nuevos llenos de belleza, paz y esperanza, destacó este viernes en su Exaltación de la Navidad el sevillano Francisco Javier Segura, cuyos versos despertaron emociones y cosecharon aplausos en la iglesia de San Pedro, donde se procedió a presentar el Cartel de la Navidad 2020, obra de Honorato del Hierro que ha pintado con sanguina las figuras de la Virgen y el Niño del Nacimiento de la Asociación de Belenistas de Ciudad Real para crear una obra que busca representar el cuidado de los más desfavorecidos y la esperanza.
Con materiales sencillos y humildes como corcho, madera, serrín y clavos, los maestros belenistas “levantan casas de piedra, dan a los pastores cercas, cortejo a los Reyes para seguir a la estrella, dan a los ríos agua y a las montañas siluetas”, y también “a los bueyes el arado para que el surco remuevan y a los romanos castillo, al posadero posada y al tendero su tienda”, repasó Segura, que no olvidó cómo ponen la luz en el fuego y hacen que las estrellas en la noche aparezcan.
Este mundo de hoy, con sus pesares y quebrantos, necesita “una buena cuadrilla de belenistas” que transforme la tristeza en la alegría que transmite, como ocurre con la primavera, un Nacimiento que acompaña estos días en ese camino de belleza y amor que conduce a la Navidad.
De intensa expresividad gestual y con una energía in crescendo para acabar en lo más alto, sus intervenciones no obviaron cuestiones como la nueva normalidad, el confinamiento, los cierres perimetrales entre regiones y los meses de miedos e incertidumbres, ni tampoco la celebración de la vida y la alegría de estas fechas a las que llaman los belenistas y el deseado presente de salud para todos que a ciencia cierta, aseguró, traerán los Reyes Magos.
Presentado por Miguel Chaves, el acto se desarrolló en la parroquia de San Pedro, cuyo párroco, Pablo Martín del Burgo, recordó que el Belén es una catequesis, un motivo para rezar porque inspira y transmite “la alegría de Dios que vuelve a nacer en nuestros corazones”. Martín del Burgo invitó a que esta Navidad tan diferente, marcada por la tragedia y dolor dejados por la pandemia, se viva como lo que es, la celebración del nacimiento de Jesús.
Por su parte, Antonio Vich, presidente de la Asociación de Belenistas, agradeció a la parroquia de San Pedro por “darnos posada” y felicitó a los maestros belenistas ciudarrealeños por su pasión y fe inquebrantables que ni siquiera la pandemia ha podido derribar, agradeciéndoles por “soñar belenes y querer dedicarlos a los demás”. Su esfuerzo, con el Belén de la Esperanza que se inaugurará este sábado en el antiguo Casino, está dedicado a quienes han sufrido los efectos de la pandemia y sus familias, así como a los héroes que la están plantando cara y “nos están cuidando”.
El semblante de amor de la Virgen a su Hijo, en alusión a la atención a los más desfavorecidos, y el rostro iluminado del Niño, en representación de la esperanza y amor supremo por todas las personas, aparecen, según su autor, en el Cartel de Navidad, obra que elogió la alcaldesa, Pilar Zamora, como un cuadro que “ilumina el alma” y que animará a visitar el Belén de la Esperanza en una Navidad diferente y para muchos “muy dura” ya que se van a echar en falta a muchos seres queridos, unas fechas en las que “también tendremos el consuelo de buscarnos en nuestra fe” y en la que “deberemos sentirnos unidos en la distancia”.
Este año en su casa, su madre, porque dice que “no puede haber luz” ante el sufrimiento vivido, no quiere poner el Belén pero aseguró que le va a decir que en su casa falta un belenista, que son necesarios “más que nunca ese Niño, la Virgen y la familia completa que nos va a llenar de luz, protección y esperanza que es lo que es la Navidad”, al igual que lo es “ese padre que falta, esa madre que lucha y el recuerdo de tantas emociones vividas”.
En el Belén de su padre cabía “cualquier ardillita, cerdito o cosita, lo que saliera en el roscón de reyes”, recordó, para aseverar que este año quiere ser la belenista que ponga en su casa “el belén para llenar de luz este año tan difícil”.
La alcaldesa deseó, “aunque no nos podamos abrazar”, una Navidad para todos de alegría, esperanza y fe, y se mostró muy contenta de haber acudido a este acto porque “gracias a esto en mi casa ya hay una belenista”.
El acto culminó con la brillante actuación de una de las voces más reconocidas del panorama lírico nacional, Begoña Alberdi, y de la pianista manchega, Ana Tejado. La soprano catalana recordó cómo durante el confinamiento sus interpretaciones durante 72 días en los aplausos a los ocho a los sanitarios tuvieron múltiples seguidores a través de las redes, siendo una de ellas la belenista Amparo Villanueva que la animó a venir a Ciudad Real a actuar en este acto, en el que dedicó la primera de las canciones, ‘Ave María’, a las personas que nos han dejado mostrando, así mismo, la ilusión y esperanza de que “saldremos de ésta”.