La delegada de la Junta en Ciudad Real, Carmen Olmedo que ha asistido a la LIX edición de la Fiesta del Mayo Manchego de Pedro Muñoz, ha destacado el compromiso del Gobierno de Castilla-La Mancha con la conservación, promoción y difusión de los mayos. Un patrimonio cultural que constituye “uno de los testimonios más importantes de su historia y que conserva las experiencias culturales que sucesivas generaciones nos han legado”, informa en nota de prensa la Juna.
Fiesta de interés turístico nacional
Así, la representante del Ejecutivo regional en la provincia de Ciudad Real ha recordado que el Mayo Manchego de Pedro Muñoz fue declarado por el Gobierno regional Fiesta de Interés Regional hace ahora 30 años, exactamente en 1992 y, más tarde, en 2019 de Interés Nacional.
Olmedo ha señalado que en nuestra región se ha conservado un buen legado de manifestaciones culturales como la música y la danza tradicionales merced, sobre todo, “al trabajo que las asociaciones y federaciones realizan en los pueblos de Castilla-La Mancha”.
La delegada de la Junta ha advertido que la tradición de los mayos es intemporal, y estuvo extendida por toda España. Pedro Muñoz “la conserva con características únicas, ligadas a la música folklórica, a sus vistosos trajes regionales y a la tradición de las farolas”.
Hoy la fiesta de Pedro Muñoz es, sobre todo, una celebración en la que prima la presencia por las calles de hombres y mujeres con sus trajes de vivos colores. También se organiza un concurso de farolas artesanales, que rememoran las que hicieron los mayos en la noche de ronda del último día de abril.
En la tarde del 1 de Mayo
El día 1 de mayo la plaza de toros de Pedro Muñoz acoge uno de los festivales de música folclórica más significativos de la región con actuación de rondallas, representantes de grupos folclóricos de Castilla-La Mancha y asociaciones de coros y danzas.
El cantar de mayo se realizaba la noche del 30 de abril como ronda de mozos que cantaba a cada mujer soltera del pueblo. Previamente habían sorteado a las chicas, que podían estar conformes o no con el mayo asignado. En Pedro Muñoz los mozos pintaban una artística maceta en la fachada de la casa si la maya daba la bienvenida a su mayo; si no, le arrojaban pintura.
