Quién no ha buscado alguna vez su nombre en internet? ¿Y quién no ha descubierto que a veces aparecen más datos personales de los que creía o le gustaría? Lo cierto es que algunos adultos -que no todos-, han ido tomando conciencia en los últimos años de la importancia de la privacidad en Internet y en las redes sociales, pero no ocurre lo mismo entre los niños y los adolescentes por desconocimiento de ellos mismos y, a veces, incluso de sus padres.
Por este motivo, desde el INCIBE -que se esfuerza para afianzar la confianza digital, elevar la ciberseguridad y la resilencia y contribuir al mercado digital de manera que se impulse el uso seguro del ciberespacio en España- se está creando un “ejército” que trabaje en esa lucha por la ciberseguridad de todos.
Una estructura que aún no cuenta con suficientes “soldados” en la provincia de Ciudad Real, donde sólo hay cinco, por lo que se está haciendo una campaña informativa de captación de voluntarios cuyos únicos requisitos, además de tener nacionalidad española y ser mayor de edad, son tener responsabilidad, ganas e ilusión.
Y es que, según explica a Lanza la coordinadora del programa, Angela María García Valdés, no es necesario ser un experto en este tipo de charlas, pero sí se debe ser consciente de lo que implica ser cibercooperante: hay que exponerse ante un público y, a parte de la charla, puede que surjan dudas, por lo que se debe tener algún conocimiento en cuanto al uso responsable de las nuevas tecnologías e Internet -si bien es cierto que desde el programa también se facilita material para desarrollar las charlas- así como dotes de comunicación.
“Hoy en día todos los jóvenes están usando los móviles a una edad temprana, por lo que es más necesario que nunca una educación base que sirva para que sepan utilizar internet de manera adecuada”, explica García.
Para lograr ese objetivo, precisamente, nace esta interesante red ya que -debido a que la ubicación física del INCIBE es León- necesitan llegar a todo el país aprovechando que “hay muchas personas en España que tienen este tipo de formación base para que pudieran cubrir toda la demanda que tenemos”.
En este sentido, la coordinadora del programa detalla que desde el INCIBE “nosotros facilitamos los materiales, la presentación y una guía para que sepan hacer esa presentación”, pero también es necesario que los cibercooperantes tengan unas nociones básicas sobre ciberseguridad, privacidad… “Sí que es verdad que con las presentaciones y la guía que facilitamos si tienen una duda, les va a servir. Pero también tienen que tener ciertas tablas, especialmente para las dudas que les planteen los chicos o los padres”.
Por lo que se refiere a los requisitos que los cibercooperantes han de cumplir para formar parte de esta importante red se encuentran ser mayor de edad, de nacionalidad española y un certificado negativo del registro central de delincuentes penales “ya que, no olvidemos, estamos trabajando con menores”.
Sin embargo, entre los más de 500 cibercooperantes que forman en la actualidad la red del INCIBE hay perfiles profesionales muy diferentes porque, al contrario de lo que se pudiera pensar, no es necesario ser informático.
“Tenemos gente que ha estudiado informática, abogados, periodistas… Pero también hay que señalar que no está focalizado a personas con carreras técnicas”, agrega Angela María García Valdés.
Distintos horarios
Otra de las dudas que se plantean a quienes piensan en sumarse al proyecto, al tratarse de trabajo con menores, es el horario de las charlas y si debe coincidir con el horario lectivo.
Sin embargo, la coordinadora del programa destaca que las charlas -“porque siempre se producen en las dos direcciones, nunca son conferencias”- pueden ser a cualquier hora “ya que depende de lo que se acuerde tanto por parte del centro como por el cibercooperante. Pueden ser de mañana, de tarde, o de fin de semana Y sin olvidar que no sólo se imparten en centros educativos, sino también en cualquier tipo de centro en el que se trabaje con menores, asociaciones, ayuntamientos, concejalías de Juventud, parroquias, clubs de futbol, AMPAS e incluso alguna empresa, para sus empleados en torno a la ciberseguridad para menores.
Para organizar estas charlas hay dos vías. La primera es que pueden ser los propios centros o entidades las que soliciten la celebración de la charla al INCIBE y desde el proyecto contactan con los cibercooperantes que existen en la provincia -en el caso de los cinco de Ciudad Real ninguno está en la capital- y se concierta una cita con el que esté disponible y le resulte más fácil.
“Lo siguiente es que ponemos a ambas partes en contacto para que ya seleccionen ellos el día y la hora que les resulta más adecuado”, indica García, quien recuerda que la segunda vía es que los propios cibercooperantes sean los que diseñen sus propias charlas, por ejemplo en colegios de la zona.
“Entonces les facilitamos una carta de presentación marco, para que ellos pueden adaptarla como quieran cuando la presenten”.
Temáticas
Por otra parte, cabe destacar que los cibercooperantes también pueden pronunciarse sobre el tema que “más dominen” ya que la iniciativa de INCIBE contempla ocho temáticas diferentes para las charlas.
Entre esos temas se encuentran, recuerda la responsable del proyecto, ciberacoso escolar; privacidad, identidad digital y reputación; Netiqueta y comportamiento en línea; gestión de la información y acceso a contenidos inapropiados; protección ante virus y fraudes y seguridad de los dispositivos; uso excesivo de las TIC; mediación parental y uso de herramientas de control parental; y uso seguro y responsable de las TIC, siendo esta última una charla con un enfoque generalista que contempla todas las temáticas antes expuestas pero de manera condensada.
No obstante, asegura Ángela María García, no todas las temáticas tienen la misma demanda sino que la última, al ofrecer una visión general de muchos de los temas y la de ciberacoso escolar son las que más se piden.
“Se están dando a conocer más casos de este tipo de acoso y eso provoca que tanto los profesores como los educadores y los padres sientan la necesidad de tratar el tema”, asegura García Valdés, en referencia al ciberbullying.
Aunque, evidentemente la implicación en el proyecto conlleva un compromiso, la experta señala que cualquiera puede darse de baja porque “nosotros tenemos un código ético que consiste en participar activamente y respetar a los cooperantes. También es cierto que deben informarse antes de comprometerse sobre las tareas y responsabilidades del programa, considerando si se dispone de tiempo y energías suficientes; conocer y asumir los fines del programa, así como los métodos y materiales de trabajo que se usen”.
Y para garantizar que los centros o entidades también quedan satisfechos, se les solicita que rellenen un formulario de valoración, a través del cual se comprueba cómo se está desenvolviendo cada persona y si hay que tomar alguna medida en el caso de que necesiten mejorar.
Unos cuestionarios que contribuyen, junto al número de charlas impartidas, a elegir al cooperante del año a modo de reconocimiento por ese trabajo altruista que realizan y que pueden incorporar a su currículum, por lo que también supone un valor añadido para ellos, al que se suma poder participar del grupo que tienen creado en Linkedin para intercambiar también experiencias y opiniones.
Finalmente, la coordinadora del programa anima participar y probar. “Seguro que les resulta gratificante el saber que están ayudando y formando a menores a usar la tecnología e internet de forma segura para que ellos estén seguros”.
Las personas interesadas en ser cibercooperantes, pueden completar el formulario en https://www.is4k.es/programas/cibercooperantes/quiero-ser-cibercooperante.