El obispo de la Diócesis, Gerardo Melgar, ha elaborado un protocolo para la “nueva normalidad” en las Iglesias y lugares de culto después de la finalización del estado de alarma.
La principal novedad de ese decreto, firmado el miércoles junto al resto de Diócesis de Castilla-La Mancha, es que se aumenta hasta el 75% el aforo. Se adaptan así las normas de culto que ya estaban vigentes a lo dispuesto por la Consejería de Sanidad, como autoridad sanitaria.
Cesa la dispensa del precepto dominical
Según ha informado la Diócesis de Ciudad Real en un comunicado de prensa, a partir de este jueves ha cesado la dispensa general del precepto dominical relativo a la misa. No obstante, y tal y como sucedía antes de la pandemia del Coronavirus, las personas mayores en situación de riesgo por edad, enfermedad u otros motivos graves, seguirán estando dispensadas del precepto de la misa dominical por la ley general de la Iglesia que no obliga a su cumplimiento cuando este comporta un “grave inc0modo” para la persona.
En la celebración de los actos de culto en los templos se deberá guardar la distancia física de un metro y medio y cuando no sea posible observar dicha distancia se deberá de usar la mascarilla.
Aforo
En cuanto a la ocupación de los templos, se establece que se podrá llegar al 75 por ciento de su aforo, mientras que en las misas de las fiestas patronales celebradas en el interior de los templos, y en aquellas otras celebradas al aire libre, con ocasión de romerías, se deberá observar el mantenimiento del metro y medio de distancia y el uso de mascarillas.
Además, en los lugares de culto se facilitará la distribución de los fieles señalizando, si fuera necesario, los bancos y zonas utilizables con arreglo el aforo permitido.
También se mantendrán las medidas elementales de higiene, evitando el uso de pilas de agua bendita, cancioneros, libros de uso común, así como el contacto físico, como el gesto de la paz, y tocar o besar imágenes sagradas u objetos de devoción y en todas las iglesias se facilitará a los fieles el uso de gel higienizante.
Se recomienda recibir la comunión en la mano
En cuanto a la recepción de la comunión, mientras dure la pandemia se recomienda recibirla en la mano con el fin de evitar en lo posible el contagio, mientras que los ministros que la impartan deberán extremar el cuidado en la desinfección de las manos.
Vuelven los coros parroquiales
Por otra parte, se permiten los coros parroquiales cuando estén constituidos por un grupo reducido de personas y siempre guardando entre ellas la distancia de seguridad y el uso de mascarilla.
A nivel general, en toda la región, se podrán también celebrar procesiones, siempre que se elabore un plan que garantice la distancia de seguridad de un metro y medio o, el uso de mascarillas, si no es posible guardar la distancia.
El comunicado del obispo recoge, textualmente, que “será muy oportuno acordar con los alcaldes los detalles de dicho plan que, además, habrá que remitir a la autoridad sanitaria correspondiente”.
En Ciudad Real se recomienda que no haya procesiones
En la Diócesis de Ciudad Real, dado que las poblaciones son muy numerosas y prácticamente no hay poblaciones pequeñas en las que sea posible el cumplimiento y el control del plan de garantía del cumplimiento de las normas sanitarias establecidas, por parte de las parroquias y desde las parroquias, tal y como establece la Consejería de Sanidad, “No se autorizarán concentraciones de personas donde no se pueda controlar el aforo”.
Por tanto, el obispo, Gerardo Melgar, desaconseja la celebración de dichas procesiones, mientras dure esta situación de pandemia, por no tener capacidad desde las parroquias de controlar que se respeten estas medidas.
La última palabra la tendrá el sacerdote
No obstante, siguiendo el mismo proceder del Decreto de la Consejería de Sanidad que, por una parte, dice que “no se autorizarán concentraciones de personas donde no se pueda controlar su aforo”, y por otra, dice que se pueden celebrar; el obispo deja abierta la decisión a los sacerdotes responsables de cada parroquia, para que decidan con su junta parroquial, la capacidad que tienen de controlar estas medidas.
“Si consideran que es posible, han de elaborar ese plan de garantía de control de las medidas sanitarias y remitirlo a la autoridad sanitaria correspondiente y, desde luego, si consideran que no es posible garantizar dicho control, no deben celebrarse”, añade el decreto.
Vigilar la ventilación del templo
El obispo, junto a los del resto de las Diócesis de la región, también han decidido que se deberán realizar tareas de ventilación en los templos después de cada celebración con un número elevado de personas, y, en cualquier caso, al menos una vez entre su apertura y cierre.
Limpieza y desinfección
A su vez, la limpieza y desinfección deberá realizarse al menos una vez al día, con especial atención en las zonas de uso común y en las superficies de contacto más frecuente como bancos y reclinatorios.
Celebración de bodas y funerales
Y en la celebración del matrimonio y de los funerales se deberá aplicar la regla del 75 por ciento de aforo del templo y la relativa a la distancia física, y si no es posible también deberá de usarse la mascarilla higiénica.
Pocas variaciones
Los párrocos de la iglesia de San Pablo en Ciudad Real, Antonio González Villen y Fernando García-Cano, han indicado a Lanza que, en la práctica, este nuevo Decreto del obispo de Ciudad Real contiene pocas variaciones con respecto a las normas establecidas con anterioridad.
Tan solo destacan el incremento del aforo hasta el 75%. Todas las demás recomendaciones, como el uso de la mascarilla, la distancia social, la exhaustiva limpieza o la higienización de las manos, por poner algunos ejemplos, se implementaron en este templo, como en los de resto de la Diócesis, desde el primer momento que abrieron sus puertas a los fieles.