El mercado inmobiliario en Ciudad Real ha iniciado el año con el dinamismo que recuperó a finales de 2020. Es un escenario que tuvo menos impacto en las compraventas provinciales (con una caída interanual del 4,3%) que en las del conjunto nacional (un 17,7% menos) y, según los datos del INE, el descenso afectó más a las operaciones de viviendas nuevas (con un 9,5% de caída) que a las de segunda mano (un 2,3% menos).
Portavoces de varios portales inmobiliarios consultados coinciden en señalar que la demanda está viva pero marcada por la incertidumbre del coronavirus y su impacto final antes de alcanzar la vacunación de rebaño. También confirman la reducción de las bolsas de viviendas de bancos, algunas muy deterioradas por el vandalismo, y la consolidación de la nueva tendencia de compra, como es el interés por inmuebles con espacios más abiertos.
“Tenemos un volumen de trabajo en línea con la actividad del cuarto trimestre de 2020”, sostiene Jorge Narváez, gerente de Inmogestiona Narváez Asesores, con sedes en Ciudad Real y Puertollano. Es un escenario de optimismo que se ha “visto relajado” por las restricciones de la tercera ola del virus (cierre de la hostelería y el comercio, límites perimetrales de movilidad), como son las dificultades provocadas a la hora de conocer el producto “antes de tomar la decisión”.
Los compradores, explica el asesor inmobiliario, responden a dos perfiles claros: el mayoritario correspondiente a los interesados en hacerse con viviendas como bien de inversión (para sacar una renta con alquiler o posterior venta), y el de quienes inician una nueva etapa familiar, que “ha bajado notablemente”.
También persiste la demanda de casas con patios, o de pisos más luminosos y con zonas abiertas, para combatir los efectos del confinamiento a nivel personal y familiar.
Respecto a los precios de las viviendas en el mercado capitalino “no suben pero tampoco bajan”, comenta Narváez. Un piso ‘estándar’ de 15 años, con tres dormitorios y dos baños, oscila y se mantiene entre los 100.000 y los 130.000 euros, mientras que las viviendas más grandes del centro de cuatro dormitorios a reformar se veden desde los 135.000 euros.
La ciudad, comenta Narváez, “acusa menos” crisis como la del coronavirus debido al alto nivel de empleo público que tiene, que da más estabilidad.
Más incertidumbre hay en el sector servicios, otro de los puntales laborales de Ciudad Real, ante la cercanía del final de los Ertes. “Tendremos que ver si llegan las ayudas a las empresas, reflexiona el agente inmobiliario, y si son efectivas, porque es una cadena que nos afectará a todos”.
El escenario de Puertollano es distinto, con un 85% de empleo privado, que la hace “acusar más cualquier recesión”.
El alquiler, por su parte, sigue al alza, con una subida del 10%, comenta Narváez, y más demanda en localidades como Puertollano por su nivel de trabajo itinerante.
Otra casuística preocupante, según Narváez, es la ‘vandalización’ de algunos inmuebles propiedad de bancos que “llevan años vacíos y están hechos polvo”. Con menos valor, las entidades han puesto coto a esta realidad con medidas ‘antiocupa’, y la instalación de sistemas de alarma y puertas blindadas.
Con todo, Narváez asegura que la provincia “es una zona tranquila”, con apenas ocupaciones y ninguna venta de casas con okupa dentro.
Más flojo en Alcázar
Más “flojo” ha sido el inicio de año en el mercado inmobiliario de Alcázar de San Juan. Enrique Huertas, de HM Gestión Inmobiliaria, señala que sigue arrastrado por “el confinamiento y el miedo” y, sobre todo, por la “incertidumbre” que provocan.
Huertas ha notado que los clientes preguntan por casas “con patio” desde la pasada primavera, y que las viviendas de banco se han reducido, a favor de las particulares.
La mayoría de la oferta es de segunda mano porque “hay pocas construcciones nuevas”.
También está la opción de adquirir una casa vieja en el centro y reformarla, una opción más cara si se compara con la posibilidad de adquirir un piso o un adosado nuevo. En este último caso, con zonas de jardín y calidades podría oscilar entre los 150.000 y los 200.000 euros.
Tampoco hay casos de ventas con okupas dentro ni casos de vandalismo que “despiertan la alerta social”.
Sobre los precios, los vendedores “no quieren bajar”, aunque “hay menos dinero en el mercado por la situación económica”. Y todavía puede empeorar cuando dentro de tres meses se acaben los ERTEs.
La cartera del alquiler en la zona alcazareña registra “más movimiento” para un público profesional.
Bastante parado en Tomelloso
En Tomelloso, dentro de la comarca manchega de Ciudad Real, también está “bastante parada” la compraventa”, dice José María García, de Portal Inmobiliario.
“Hay demanda” frente a una oferta limitada, en la que también están los pisos de alquiler. El perfil de clientes son familias “que han encontrado trabajo y buscan trasladarse” a la localidad.
Tampoco hay conflictividad social por gente que haya entrado en casas ilegalmente, y tan solo ha habido vandalismo “muy puntual y nada significativo”.
Menos operaciones en Montiel
En la misma línea, el Campo de Montiel, muy deprimido demográficamente, ha abierto 2021 “con un menor volumen de operaciones de compra respecto a otros años”.
Esta contracción se nota más en Villanueva de los Infantes, la capital de la comarca, mientras que Valdepeñas, la ciudad más grande de la zona, registra “más movimiento”, señala Pedro Soria, gerente de Infagestiona.
El agente inmobiliario recuerda que los pisos “tienen menos salidas” porque en “las zonas rurales estamos más acostumbrados a casas”.
También está muy en boga la venta solares para la autopromoción.
Los precios son bajos porque “hay mucha oferta y poca demanda”.
Respecto a los alquileres, hay “una población flotante de un centenar de personas, entre funcionarios de educación y los juzgados”, que encuentran alojamiento sin dificultades.
Soria también señala que la zona está libre de okupas, como ocurre en la mayoría de una provincia “que es bastante tranquila”.
Alquileres rentables en Almagro
Desde Almagro, Juan Doncel, propietario de la inmobiliaria Doncel, dice que la cifra de transacciones ha bajado en la ciudad del teatro, todavía lastrada por las limitaciones de la pandemia.
“Preguntan más, señala, por el arrendamiento”, con valores medios de entre 200 y 400 euros, “dependiendo si es piso o casa”. Estos precios registran un alza “notable” en la época del Festival Internacional de Teatro Clásico en el mes de julio, al “cambiar el perfil” de los clientes que “buscan otro tipo de permanencia”.
Tampoco hay ni ocupación ni vandalismo en los inmuebles vacíos de la ciudad encajera, más propio “otras zonas y grandes ciudades”.