Los viajes que emprenden personas que buscan protección internacional lejos de sus países a veces tienen un final feliz y la pastelería +Cuqui en Ciudad Real es una muestra de ello. En tan solo tres años desde que llegó a Puertollano, la venezolana Líser Giménez ha lanzado su propio proyecto, una pastelería con cafetería en Ciudad Real capital, donde la cocina española y la venezolana se funden.
Las arepas, un pan de harina de maíz con forma circular y plano, que puede llevar cualquier relleno, son las estrellas en este local de la calle Tinte. Ha iniciado su andadura este lunes y es tan “cuqui” como su nombre. Líser Giménez cuenta que “en Venezuela las cosas que son muy tiernas las llamamos cuchi” y eso es lo que ha pretendido en su local, con paredes y muebles en rosa.
Si a los españoles le gustan las napolitanas de jamón york y queso, aparte de chocolate, esta pastelería también incorpora las que prefieren los venezolanos, “de pollo, champiñón y queso, espinacas, y queso feta y ricota”. Palmeras, las hay de chocolate, pero también azucaradas, “con la técnica del hojaldre de Venezuela”. Luego están las tostadas y el merengue para endulzar, entre tartas, bombones y galletas de infinidad de sabores, que son una auténtica delicia para la vista y el paladar.
De comprar ingredientes en el mercado negro a solicitar protección internacional
Su andadura como pastelera comenzó en 2008 en Valle de la Pascua en el estado Guárico. Su local estaba en su casa, producía tartas y dulces, y en la recta final no lo tuvo nada fácil. Líser cuenta que nunca la faltó ningún ingrediente, porque pagaba “con sobreprecio y dólares en el mercado negro”. Cada mes, con el dinero que ganaba, tenía que llevar a su familia “compras enormes” con pasta, mantequilla y aceite.
Así fue cómo decidió abandonar su país, su empresa Liser’s Sweets, y solicitar protección internacional en la Península Ibérica, donde estaba una amiga, a través de la autorización temporal de la residencia española por razones humanitarias, que concedió el Gobierno. Las palabras del policía que la atendió al presentar la solicitud han tenido mucho que ver en la apertura de +Cuqui.
“Recuerdo que le dije al policía que me atendió que era pastelera y me preguntó que si no había pensado en montar algo aquí. Si lo haces, monta una pastelería en Ciudad Real, no te quedes en Puertollano, porque a nosotros nos gustan mucho los sabores de ustedes”, cuenta que la dijo el agente.
Ese fue el inicio en su camino al emprendimiento en España, primero con cursos de formación, luego como trabajadora en una pastelería en la ciudad minera y finalmente a través de un curso de coworking de la Escuela de Organización Industrial (EOI). “Yo quería armar mi propio proyecto”, concluye la venezolana, que además ha contado con el apoyo de Fundación Cepaim y de la Asociación de Venezolanos de Ciudad Real.