Los carteles de la Feria de Abril de Sevilla ya son oficiales, si bien, desde hacía días, se conocían de manera oficiosa. Y se confirma lo que se temía. En una feria en la que están todas las figuras, es cierto, el borrón viene marcado por la ausencia del máximo triunfador del año pasado en la temporada española: Paco Ureña. Además, de nuevo, las ganaderías de encaste Domecq copan la práctica totalidad de los hierros anunciados, con las honrosas excepciones de Victorino Martín y Miura.
El abono, presentado por el máximo responsable de la empresa Pagés, Ramón Valencia, viene sustentado por los cuatro paseíllos de Morante, Roca Rey y Pablo Aguado, los tres de Talavante y Manzanares, y los dos de El Juli, Enrique Ponce, Antonio Ferrera, Miguel Ángel Perera y Diego Urdiales.
En cuanto a ganaderías, analizamos sus –preocupantes- combinaciones a continuación.
Igual, pero peor
No me tengo por demasiado pesimista. Considero que no es una opción vital positiva ni constructiva, aunque siempre dentro de unos límites, ya que la complacencia sistemática genera un semblante acomodaticio que tampoco estimo interesante ni aconsejable.
Sin embargo no podemos dejar de analizar, someramente, el contenido parcial de los carteles de 2020 en la Feria de Abril (y de San Miguel) de Sevilla, uno de los seriales taurinos más importantes del año en España (acaso la segunda más importante después de la de San Isidro de Madrid).
Me centraré en el aspecto ganadero. De entre las vacadas anunciadas hay un total de cuatro (Juan Pedro Domecq, Núñez del Cuvillo, Victoriano del Río y Garcigrande/Domingo Hernández) que repiten comparecencia; es decir, se lidiarán ocho corridas de esos cuatro hierros, copando la mitad de los puestos al tratarse de un abono de 16 festejos.
De siempre los toreros en rango de figura han tenido ganaderías predilectas, pero nunca el círculo fue tan estrecho y reducido como en la actualidad. El copete de todas las ferias en las que los ganaderos pueden recibir un precio justo por sus encierros está acaparado por cuatro –cinco a lo sumo- ganaderías, de encaste Domecq, si bien esto me parece aspecto menos relevante en este momento. Lo verdaderamente importante es que, para los que mandan en esto, seis toreros, no hay demasiada vida más allá de Garcigrande/Domingo Hernández, Núñez del Cuvillo, Victoriano del Río, Juan Pedro Domecq y, si me apuran, Jandilla, vacadas que, además, tienen una tropa de vacas de vientre que les permite lidiar cerca de veinte corridas al año. Y que conste que se trata de vacadas extraordinarias, pero – y sin salirnos de Domecq- también lo son Torrestrella (ésta con algo de Núñez), Montalvo, Santiago Domecq (presente en el abono hispalense)… U otras en un momento extraordinario como puede ser la de Luis Algarra, también pura de sangre Domecq, Conde de Mayalde, Daniel Ruiz, Valdellán (ésta de procedencia Santa Coloma). E insisto en que no cito, forzosamente, muchas otras en gran momento.
Si el pastel se lleva reduciendo varios años, tanto en puestos para matadores de toros como para ganaderos, y éste –el pastel- se lo reparten entre menos de diez… Mal vamos. Y eso sin entrar a hablar de las novilladas. Por cierto, al novillero de Daimiel, Carlos Aranda, no se le ha tenido en cuenta para formar parte de las novilladas. Otra pena.