Profesional de la conducción y parte del sistema para acceder al permiso de conducir, Andrés Sánchez, examinador de tráfico y delegado de Asextra en Ciudad Real es crítico con la educación vial y los métodos formativos.
“En España tenemos un nivel muy bajo de conocimiento vial, creo que desde pequeñitos la educación debería estar enfocada a que el niño se familiarice con la circulación y el respeto a los demás para que cuando llegue a la edad de conducir tenga unos fundamentos y una base que evitaría peligros, accidentes y muertes”.
Opina que el sistema de exámenes en España “no está bien planteado, nos parecemos más a un país de fuera de Europa”.
Y tampoco le convence el sistema americano, más bien cree que España debería apostar por lo que hacen países como Alemania, Francia o Reino Unido. “En Alemania los exámenes son bastante más exhaustivos que aquí; la gente se examina de día, de noche, con remolque y sin remolque para obtener el permiso B [el básico]”, explica.
Considera acertado, como ocurre en Francia e Inglaterra, que el examinador vaya al lado del alumno cuando se somete a la prueba práctica, “donde yo voy [en los asientos traseros] tengo una visión muy limitada de la conducción. Hay muchos aspectos que se puede mejorar pero en los que la DGT ni nos pide opinión”, subraya.
Convencido de que “conducir es una responsabilidad muy grande, puedes matarte o matar otras personas”, sostiene que “habría que preparar mejor a la gente”.
“La educación vial es fundamental para evitar que crezca la siniestralidad, necesitamos cultura vial, España tiene un índice muy alto de accidentes y eso se explica por la baja cultura vial”.
Una asignatura más
El delegado de Asextra en Ciudad Real considera que las autoridades deberían introducir una asignatura o algo parecido en los colegios, “para que tengamos una cierta preparación desde pequeños, para ayudar a respetar a los demás y respetarse a sí mismo cuando se lleva un coche, se camina por la calle o se monta a caballo, además de conocimientos para dominar el vehículo”.
“La gente cuando se saca el teórico coge el libro y lo tira, y con el práctico lo mismo. Hay cosas muy evidentes que los alumnos no saben y a lo mejor han dado un montón de clases, eso demuestra que el nivel de educación vial que se exige no es suficiente y la siniestralidad está muy relacionada”.