Porque un elemento esencial a considerar en este caso son las posibles compañías de cada uno de los dos partidos que pueden obtener más votos (PSOE y PP). Las encuestas pronosticaban la necesidad de acuerdos y pactos para poder formar un gobierno. Los que señalan como causa de todos los males el bipartisimo deben saber que ya hace tiempo esa realidad está asumida en este país, no se si como mejora, pero sí como realidad evidente para poder conformar gobiernos en los diferentes ámbitos.
Campaña de Semana Santa
La Semana Santa nos ha deparado una campaña, que, en la cercanía, se adorna con amores a las tradiciones, fotografías procesionales, candidatas acompañadas de romanos y un fervor inigualable por lo folklórico y popular. Y junto a ello dos debates peculiares finalmente integrados por los cuatro partidos con la máxima representación en la actualidad.
Un Pablo Casado apagado y perdido en el primero de ellos y enfrentado a Rivera en el segundo en un peculiar teatro de primarias de la derecha. Acusaciones que continúan hablando de partidos independentistas en los que me temo que estaremos todos los que no seamos del suyo en breve. Intentos de oratoria poética fallidos y prosas agresivas que evidencian la falta de propuestas reales de gobierno. Y en medio de la maraña de la oratoria apenas propuestas reales de futuro para los temas importantes del país. Posibles pactos en los que PSOE está más cerca de Podemos que de un Ciudadanos que ha optado por la derecha más radical en un ejercicio de malabarismo y enfrentamiento personal. Y una derecha que confiesa abiertamente sus amores por Vox y la opción de un conservadurismo radical que se presenta con todos los tópicos posibles de una recuperación de las esencias más rancias.
La jornada de reflexión nos trae a cada uno los peores temores de resultados que podrían volver al país ha su situación de hace décadas tanto en pensamiento como en posibles decisiones democráticas de convivencia y de gestión de lo común. Encuestas anónimas que anuncian el triunfo de las peores opciones reaccionarias e insolidarias hacían temer los peores horizontes de futuro.
Pablo, Teodoro y Cayetana
El Partido Popular representado por estos tres nombres experimenta un desastre electoral de especial importancia. Su estrategia de echar a Sánchez de la Moncloa, usar sus alianzas con los malvados independentistas y amantes de la violencia ha resultado un fracaso singular que debería hacerles reflexionar de cara al futuro. La irrupción de un partido de ideas reaccionarias hace que pensemos que estaban escondidos en las entrañas de un Partido Popular mantenido de manera artificial en una pretendida centralidad, de ideas liberales o conservadoras tradicionales. Las actuaciones de Casado y sus acompañantes pueden estar siendo la estructura demoledora del propio partido desde sus entrañas. Afortunadamente, la recuperación de las peores propuestas de José María Aznar se ha visto negadas por los ciudadanos en las urnas. La provincia de Ciudad Real es un buen ejemplo de los caminos del cambio popular. Sus tres diputados se han convertido en uno y una representación de Ciudadanos y otra de Vox.
Alberto Rivera
Su actividad con el objetivo de “echar a Sánchez” parece haber sido todo un fracaso incluso a costa de sus pactos con la derecha más reaccionaria como ya ha hecho en Andalucía. Sus exhibiciones de vendedor ambulante con la maleta repleta de ofertas y sus ejercicios de poética declamatoria, realmente patéticos, parecen no haber tenido efecto en su campaña. Y sobre todo su deseo de superar al Partido Popular a pesar de la debacle de este último todavía está por alcanzar. Deberá conformarse con ser un acompañante útil tragando con compañías nada deseables que ponen en cuestión su pretendida centralidad.
Sin embargo, hay que reconocer un importante ascenso de su representación en el conjunto español lo que avala algunos de sus planteamientos en el país y de algunas comunidades como es el caso de Castilla-La Mancha. La recuperación de sus posiciones centristas, de renovación de la dignidad de la vida política deberían ser sus mejores caminos dejando de lado las fobias personales que, afortunadamente, parecen no estar presentes en muchos de sus dirigentes.
Partido Socialista
Las propuestas de Pedro Sánchez en caminos de diálogo, de mejora de condiciones de la vida real de las personas en diferentes ámbitos han tenido una importante recompensa en el resultado electoral. El PSOE es el partido que ha ganado claramente las elecciones doblando a su inmediato seguidor y consolidando una mayoría absoluta en el Senado. El partido ha consolidado su presencia en todos los territorios mejorando claramente los resultados de las anteriores elecciones que amplía en más de un 50%.
Queda ahora un camino complejo de acuerdos y pactos para conseguir un gobierno estable, para desarrollar unos presupuestos que permitan seguir recuperando derechos sociales dentro de unas posibilidades reales de nuestra economía. Y sobre todo queda por construir un camino de mejora de las condiciones de vida de la gente en materias esenciales como el empleo, las pensiones y servicios esenciales como la educación, la sanidad y la justicia. Un proyecto en el que el desarrollo de una economía basada en el conocimiento, en la investigación y en los valores medioambientales deben ser esenciales. Y todo ello en una compleja situación europea de la que debemos ser parte importante y activa de su recuperación.
Partidos como Unidos Podemos han tenido resultados malos que han reducido a la mitad sus anteriores representantes, pero siguen siendo una fuerza esencial en el conjunto del Parlamento con propuestas de progreso que deben encontrar sus puntos de encuentro con las del Partido Socialista.
Los resultados del 28 de mayo de 2019 han alejado los miedos a las peores posibilidades de vueltas a tiempos ya muy pasados, a ideas reaccionarias que se expresan con virulencia. Hay muchas lecciones a aprender paras todos los partidos. Posiblemente me atrevo a pensar que la esencial es que ya no estamos en tiempos de insultos personales, de vetos, de retrocesos de derechos. Es el momento del diálogo, de encontrar puntos de encuentro, de apostar por la mejora de las condiciones de vida de los ciudadanos y de trabajar conjuntamente en encontrar puntos de confluencia y acuerdo.