Noemí Velasco
Manzanares
Enmarcada en las segundas Jornadas Cervantinas, la entrega de los Premios de Poesía ‘Ciega de Manzanares’ y de Relato Corto ‘Calicanto’ creó el ambiente más idóneo para ensalzar las letras y la creación literaria de autores nacionales. Amantes del verso, la metáfora y la prosa acudieron a la cueva del Centro Cultural ‘Ciega de Manzanares’ en el mediodía del domingo para disfrutar de la pasión conjunta entre agradecimientos al “estímulo” que suponen este tipo de certámenes para los autores, alabanzas a un jurado que ha conseguido no permanecer “estático”, versos recitados y prosa teatralizada. El director de la revista ‘Calicanto’ y poeta Antonio García de Dionisio guió una velada amena que contó con la presencia de los premiados, además del alcalde de Manzanares, Julián Nieva, y la concejala de Cultura, Silvia Cebrián.
Unos versos sobre el significado de la poesía y de estos premios para el gran impulsor de este certamen financiado por el Ayuntamiento de Manzanares marcó los primeros minutos para los que “hacen y deshacen metáforas y sueños”, reflejan “el verdadero pensamiento”, “la idea escondida de las cosas”, los mismos que se “recrean en la palabra”. En la decimoquinta edición de estos premios “humildes”, pero ante todo “serios”, Antonio García de Dionisio celebró su “mayoría de edad”, conseguida gracias a un jurado que “no se ha fijado ni en territorios ni en formas determinadas”, pues “no hay dos libros que se parezcan en estilo o forma” entre los ganadores, y que entiende la poesía como “algo vivo” y no estático. García de Dionisio no pasó por alto hacer un discreto homenaje al poeta Blas de Otero, cuyo centenario de su nacimiento ha pasado casi inadvertido.
La lectura del acta del jurado del Premio ‘Calicanto’ marcó el transcurso del acto, que sorprendió al público asistente con la interpretación del relato corto ganador, ‘Ley de costas’, por parte de su mismo autor, Moisés de las Heras, quien destacó por su buena dicción. La obra sobresalió entre 224 trabajos presentados con los ‘quebraderos’ de cabeza de un magistrado encargado de hacer cumplir la ley de costas en una “playa de mierda” con olor a pescado.
La entrega del Premio ‘Ciega de Manzanares’ a María del Pilar Domínguez y la lectura de tres de los poemas de la obra ganadora, ‘Dirás que fue mentira’, puso el broche con una reflexión sobre “la segunda mitad de la vida”, al doblar la esquina de los cincuenta. Tras recibir el premio, dotado con 2.000 euros y la publicación del libro, y seleccionado entre 75 trabajos, Domínguez agradeció el “empujón para decir” que obtienen los poetas con estos certámenes que hacen que “merezca la pena seguir adelante”.
