Isabel González y José Manuel de la Torre llevan al máximo su pasión por la montaña. Corredores de trail en la asociación Troncha Cerros de Puertollano, ambos han dirigido en los últimos años estas carreras hacia el deporte de la escalada. Han ascendido casi todas las montañas más altas de España, algunas como el Aneto hasta en once ocasiones, además del Veleta, tres excursiones al Mulhacén, Alcazaba, Cerro de los Machos o el Monte Perdido, entre otros. Ahora, el objetivo y reto de esta pareja está en Chile, en varios de los volcanes en activo del país de Sudamérica.
Afincada en Puertollano desde hace 20 años, de Chile es Isabel González, para quien tener la posibilidad de vivir esta aventura es “una ilusión”. Poder regresar a su país y escalar volcanes llevaron a ambos a decidir emprender este objetivo, planificado para el próximo mes de noviembre.
“Hemos ido subiendo montañas y nos vamos poniendo retos. Yo ya me he recorrido los Andes y ahora, con José Manuel, decidimos ir allí a escalar. Queremos demostrar básicamente de cuando uno se propone algo, puede hacerlo, y que este deporte es muy bonito, uno desconecta totalmente de todo en la montaña y aporta muchas cosas”.
Para Isabel este objetivo va a ser “lo más grande que hasta ahora vamos a hacer”. El plan es ascender el Pular, un volcán de 6.225 metros, y luego el volcán Descabezado Grande, de 3.830 metros de altura. Al Pular, la idea es de lograr hacer cima en cuatro días y dos posteriores de bajada, además de uno más anterior para la necesaria aclimatación, especialmente para Jose Manuel, “porque él no ha estado nunca en un pueblo tan alto. Yo soy de allí y mi pueblo de donde yo vengo está a casi 4.000 metros, por lo que mi aclimatación será más fácil”, cuenta Isabel, que incide en que en este deporte el aspecto psicológico “es fundamental”. Luego llegará la ascensión al Descabezado y, también, algún fin de semana para dedicarlo a su familia.
Aunque todavía quedan meses para emprender la aventura, ambos la llevan preparando desde hace tiempo, tanto en el aspecto físico, como en la nutrición para bajar peso. “La montaña exige mucha disciplina, hay que tomársela en serio y, aunque es muy bonita y aporta muchas cosas a nivel personal, también te pone en su sitio cuando te crees que la dominas”.
En ese sentido, recuerda cuando se cayó por un glaciar del Aneto de 20 metros rodando o cuando José Manuel se metió por un río subterráneo que, afortunadamente, no le llegó a arrastrar. Todo ello por no llevar buenos materiales, señala la chilena.
Ahora sí que están bien preparados para una empresa que, como reconoce, supone un elevado gasto. Solo el material cuesta unos 4.500 euros, con necesarias ropas especiales de abrigo en una zona en la que hace mucho calor por el día, unos 50 grados, y mucho frío por la noche, unos 45 bajo cero. “Vamos en verano y las temperaturas pueden ser más suaves, pero arriba la más alta será de menos 15 grados”, relata.
Excluyendo la opción de ir con guía, todo el viaje lo calculan en unos 7.000 euros. Por eso, Isabel hizo un llamamiento a empresas e instituciones que puedan patrocinar o ayudar a esta aventura que contarán a través de las redes sociales. Un reto bonito y durísimo en los volcanes de Chile para dos apasionados de la montaña.