Ana Almansa Llario es una mujer todoterreno, como ella misma se describe: “Primero soy mujer, madre de dos hijas estupendas, Ana y Pilar; hija de una madre estupenda, Maruja Llario, que ahora está enferma y que yo la cuido, está bajo mi responsabilidad; también soy profesora en el Instituto Azuer de Manzanares y presidenta del Club Balonmano Bolaños. Así que soy muchas cosas en una”.
El día a día de Ana Almansa es bastante ajetreado. “Yo madrugo bastante para que me dé tiempo a realizar todas estas facetas que he dicho. Me suelo levantar casi siempre a las 7 y luego, voy a trabajar, voy al instituto y después, pues ya cuando llego a casa, que llego bastante tarde, pues la comidas, compras, luego mi madre, que es una parte importante en mi vida. Y luego pues también el club, el trabajo del club, que todos los días siempre hay algo que hacer”.
Almansa llegó al Balonmano Bolaños por sus hijas y por la pasión que tenían por el balonmano. “Mi hija mayor empezó a jugar, luego la pequeña también, y les entró como una pasión enorme por el balonmano. Entonces yo quería compartir con mis hijas los espacios de ocio, porque me parece muy importante como madre, y siempre las acompañaba a ver los partidos, a estar con ellas y a compartir ese tiempo. Y bueno, pues de verme en la grada, al principio fue una colaboración extraordinaria, luego otra, luego la parte de sección masculina y cuando me di cuenta era presidenta y ya llevo ocho años, desde el 2016”.
Primeros pasos como presidenta del BM Bolaños
Ana recuerda que cuanto entró como presidenta del club “lo que quería era consolidar ese proyecto que estaba anteriormente, que el Club Balonmano Bolaños ya tiene 24 años y que se había hecho muy bien y se había trabajado muy bien. Entonces la idea era consolidar lo que ya había, darle su peso y su forma y seguir creciendo. Entonces, el club tenía que crecer en varias direcciones. Una, la deportiva, que así ha sido, en el equipo femenino fundamentalmente, que ahora está en la División de Honor Oro Femenina y luego también en el masculino, que también se consolidó y continúa en Primera Nacional. Y esa era una parte, la otra era una obsesión que tenía, que tengo y que tendré, mientras esté, es la gestión económica del club. Yo creo que para que un club sea grande deportivamente y tenga éxitos, tiene que ir acompañado de una gestión económica buena y sólida, y es una obsesión mía, de la directiva y del secretario del club, de Juanmi, que el club no puede hacer agujeros económicos porque sabemos que ese déficit lo arrastras y a la siguiente temporada puedes caer. Entonces, un orgullo que yo tengo como presidenta y todos los que formamos el Club Balonmano Bolaños es que es un club sin deuda. No tenemos ninguna deuda absolutamente con nadie, temporada tras temporada, y eso es muy difícil hoy en día. Yo siempre le digo a mis chicos, a mis jugadores y a mis jugadoras, a todos los que forman el club, a la directiva, a todos los que estamos en el club, que podemos ir con la cabeza alta donde vayamos, porque formamos parte de un club que está consolidado, que no tiene deudas y que nadie nos puede poner la cara colorada. A ellos como jugadores también, eso les tiene que dar seguridad y de hecho se la da. Y bueno, pues eso es una alegría y algo que llevamos hasta el día de hoy muy a gala, porque según están las cosas es muy difícil y lo conseguimos de momento”.
Ana explica las labores que ejerce en la presidencia del club. “Es complicado. Hay como muchas partes distintas. Una de ellas son los patrocinios, los patrocinios grandes, de esos sí que me encargo yo directamente, de visitarlos, de conseguirlos, de gestionarlos, de hablar con ellos. Entonces esa parte sí que es más exclusiva mía. Luego para otro tipo de patrocinio sí que tengo ayuda de la directiva. La directiva está estructurada y cada persona se encarga de cosas determinadas porque yo no puedo abarcar a todo, ni además es bueno que todo se centralice en una persona. Y luego pues está como un poco el ojo que está arriba que vigila un todo, pues los viajes de los equipos, que estén los billetes, que estén tal. Y yo también gestiono todo lo que es la logística de cuando viajan todos los equipos, no solo los mayores, los juveniles, las juveniles, los territoriales, porque llevan sus bocadillos, sus frutas, sus zumos, todo eso también me encargo yo. Pues no sé, se me ocurre un poco de todo. Son muchos también el contacto directo con los equipos. Yo hablo mucho con los equipos, con los mayores, con los del medio. Y bueno, creo que soy una presidenta muy, muy presente. Todas las semanas, por supuesto, en los partidos que puedo, en los mayores estoy. Viajo, si puedo. Me gusta viajar con los dos equipos nacionales una vez por temporada mínimo, si puedo. Pero también estoy presente en los partidos de las territoriales, de los juveniles. Y estoy presente en el pabellón. No soy una presidenta ausente. Creo que eso no funciona. Hay que estar. Ellos te tienen que ver que sufres sus partidos, sus victorias, sus derrotas. Luego también es mi responsabilidad toda la relación con las instituciones como Ayuntamiento, Diputación, Junta, Universidad. Y también hay muchas cosas del día a día como algún desperfecto que haya en los pisos que tenemos alquilados para los jugadores y jugadoras y hay que estar pendiente de todo”.
La mujer en el mundo del deporte
El mundo del deporte es muy exigente y complicado, Ana Almansa ve a la mujer en este mundo “creo que ahora se va en una dirección buena. Desde que yo entré hasta hoy sí que es cierto que la sociedad va a camino de mejorar la situación de la mujer dentro del mundo del deporte. Las jugadoras están dando pasos para conquistar derechos que se los merecen, o sea que es algo que no es regalado, sino que ellas se lo merecen y que se está yendo en el camino correcto. Despacio, deprisa, pues depende. Yo creo que la sociedad, si quiere ir muy deprisa en las cosas, se tambalean luego. Entonces es mejor ir despacio consolidando lo que se va consiguiendo y creo que es positivo. En lo que sí he notado desde que yo entré, que ya son bastantes años, es que no hay mujeres que quieran ejercer puestos de responsabilidad dentro de lo que es el mundo del deporte, como presidentas o formando parte de una junta directiva. Ahí sí que creo que nos queda un camino. Creo que es algo que las mujeres tenemos que ser valientes y atrevernos y ver que se puede y que lo puedes hacer exactamente igual de bien o de mal o de regular que un hombre, que no es cuestión de género”.
Almansa piensa que esto se debe a “puede ser que haya todavía esa sensación de que los puestos de responsabilidad no llegamos a alcanzarlos o que cueste romper más ese mundo de hombres”. Como anécdota, Ana cuenta que “cuando estuvimos el año pasado jugando la fase de ascenso del equipo masculino, y te hablo del masculino porque era aún más chocante en esa fase de ascenso que fuera una presidenta mujer de un equipo masculino. Porque parece ser que es más normal que en los equipos femeninos pueda haber la figura de una mujer como presidenta. En los clubes que son exclusivamente femeninos. Entonces, allí en Alicante, que fue la fase, sí que es verdad que yo estaba sola. De hecho, los otros clubes, tanto Agustinos como los de Bilbao, era la presidenta. No hacía falta decir mi nombre porque estaba sola en el palco de mujeres. En ningún momento sentí discriminación, en ningún momento sentí ningún tipo de desprecio por ser mujer, pero es cierto que estaba sola y que sigue chocando que una mujer esté ahí de presidenta, porque no son cargos políticos. A lo mejor en la política está todo ya más estructurado o es más fácil o hay un cupo o hay una obligación. Aquí no, aquí si quieres eres y si no quieres no eres. Entonces ahí es donde todavía falta camino”.
Ana Almansa aconsejaría a esas mujeres que no se atreven a dar el paso a manejar un puesto de responsabilidad dentro de una entidad deportiva que “todo se puede, que yo por ser presidenta del club no he dejado ninguno de los otros aspectos importantes que pueda tener como mujer. Yo no he dejado de ser madre al 100%, ni hija, ni profesora, ni lo que sea por ser presidenta del club. Creo que es cuestión de organizarse, igual que se organizan los hombres. Es verdad que las mujeres tenemos cargas familiares aún, a lo mejor todavía por tradición, mayor que la de los hombres. Pero también es verdad que yo nunca he estado dispuesta a abandonar esa parte. O sea, yo, para mí ser madre es enorme. Luego mi profesión, que es vocacional también, pero que no las tienes que abandonar, que se puede, porque es cuestión de ordenarte, de organizarte y de querer y de tener ilusión, por decirlo así”.
Vocación para la enseñanza
Por último, Ana Almansa habla sobre la vocación que tiene por la enseñanza y en general por todo lo que hace. “En mi vida la palabra vocación tiene mucho sentido. Creo que para hacer algo bien hay que tener vocación. Yo vengo de una familia de docentes. Mi madre era maestra, mi abuela era maestra, mis hijas van a serlo. Entonces es que lo llevo en la sangre todo lo que es el enseñar, lo vocacional creo que te aporta mucha felicidad, a mí mi trabajo me lo aporta y en el club lo hago igual es vocacional, tiene partes que son complicadas de ser vocacionales porque en la parte más de gestión económica y eso es distinto, pero luego al final ese contacto con la gente es muy importante el que tú sientas que lo que estás haciendo sirve para algo y que sumas y que a la sociedad le aportas algo. Y eso sin vocación es muy complicado porque el club tiene momentos muy duros y si no hay una ilusión vocacional, un espíritu de que tú estás de verdad porque una vocación es eso, es servir a los demás. Yo creo que sin esa parte no sería capaz de estar en ninguno de los trabajos que estoy”.
