A Juan y Daniel Hernández Gómez (8-7-2008) les apasionaba subirse a los árboles, de ahí incluso a los tejados. A cualquier sitio con altura al que pudieran llegar, si podían lo más alto posible. Tanto, que en ocasiones llenaban de miedo a sus padres, a veces sin comprender cómo aquellos mellizos tan pequeños podían ascender a zonas de hasta 20 metros.
Esa pasión la conoció uno de sus profesores, que les dio a conocer el CD El Plafón, el club de Ciudad Real que cuenta con un rocódromo para la escalada. Allí, en sus instalaciones, se presentaron ambos junto a un amigo, lo probaron y les encantó este deporte. Podían subir muy alto y con una mayor seguridad. Tenían once años y comenzaron a escalar asiduamente, con el parón posterior de la pandemia, para luego pasar a competir. Ahora se han convertido en dos de los mejores de España en su categoría.
Juan logró en el 2022 un segundo puesto nacional en velocidad y quedó tercero en la Copa de España de esta modalidad. Después sufrió una lesión en el hombro que le ha dado muchos quebraderos de cabeza y cuya recuperación ha sido larga. Su hermano Daniel, un minuto menor que él en el nacimiento, fue el pasado 2023 segundo en dos pruebas del Campeonato de España y también subcampeón de la Copa de España igualmente en velocidad, además de segundo en 2022 en el Nacional Escolar. A ello hay que unir más éxitos a nivel regional y provincial.
Como mellizos, han competido en la misma categoría y modalidad, por lo que no esconden que “hay un pique sano, siempre respetando e intentando mejorar los dos puntos”. Eso sí, sus padres, a los que todavía les da miedo ver a sus hijos escalando más de 20 metros, tienen que animar a los dos por igual por mucho que uno tenga que quedar por delante del otro.
“Competir los dos juntos también motiva y te ayuda a mejorar. Porque dices, yo te he ganado, pero porque yo he hecho esto mejor que tú. Y así sabes ya para las próximas competiciones en lo que puedes mejorar”, cuentan. Esas medallas nacionales y esos éxitos no llegan solo por la pasión de escalar. Requiere un gran esfuerzo para ambos, estudiantes de cuarto de la ESO en el Instituto Juan de Ávila de Ciudad Real y que llevan bien esos estudios porque, si no, sus padres tienen claro que les quitan la escalada. Esa es una condición innegociable.
Tras las clases, llegan a casa, comen y estudian. Después son los entrenamientos unos tres días a la semana durante unas cuatro horas, divididas en el rocódromo y en el gimnasio. Todo ello con las directrices y rutinas que les mandan varios entrenadores, como los de la selección de Castilla-La Mancha, con la que acuden a concentraciones. Además, los fines de semana viajan a Madrid en donde acuden a un rocódromo donde pueden practicar su modalidad más exitosa, la de velocidad, algo que no pueden hacer en El Plafón de Ciudad Real.
“Es verdad que necesitamos ya otro tipo de instalaciones muchísimo más grandes para poder entrenar. Con una vía de velocidad, podríamos mejorar mucho”, recalcan y reconocen que para el club El Plafón, con ya una gran cifra de 350 socios, la instalación “se está quedando un poco pequeña. Todo ha sido construido por los mismos socios, que lo van decidiendo en las juntas”.
En cualquier caso y pidiendo si es posible mayores ayudas, esos 350 socios es para ellos una gran noticia, “porque cuando entramos en el club éramos como ciento y poco y ahora hemos crecido muchísimo. También lo que podría ayudar mucho, sobre todo para los más pequeños, es que aquí hubiera un monitor, porque ahora mismo no hay ningún entrenador que te pueda ayudar. En los inicios se necesita hacer técnica y vendría bien que alguien ayudase”, añaden. De hecho, a veces ellos mismos se convierten en monitores y maestros de esos pequeños escaladores que acuden con ilusión al rocódromo ciudarrealeño.
Alejados del fútbol, del baloncesto, del balonmano o de otros deportes que son más practicados, Juan y Daniel reconocen que sus amigos los ven como algo ‘raros’, pero se asombran cuando observan ‘in situ’ sus habilidades. “Nos dicen que parecemos Spiderman, al final vamos muy rápido subiendo”.
“Les decimos que esto es probar y, si te gusta, tomar las medidas necesarias para poder continuar haciéndolo. Los amigos, aunque nunca lo hayan probado, saben que es un deporte que puede estar chulo”, aseguran. Eso sí, aunque animan a esa práctica de la escalada, también advierten que “es un deporte sacrificado. Por ejemplo, al principio te destrozas las manos y tienes que tener los callos ya hechos. La etapa de iniciación es dura, porque te salen muchas heridas y luego es como que no te puedes casi mover, necesitas mucha fuerza”.
Y es que en la escalada, tal y como comentan, la fuerza en el tronco superior, especialmente en los brazos, es muy importante para traccionar todo el rato sobre el muro. Después, otras habilidades también son indispensables, como la coordinación, el equilibrio o la resistencia.
Un deporte olímpico
Como deporte olímpico que es, la escalada gozó de una buena repercusión en agosto de 2021, en los Juegos Olímpicos de Pekín, cuando Alberto Ginés se colgó la medalla de oro, el primer español en conseguirlo en esta disciplina. Los hermanos Hernández Gómez recuerdan que ese éxito provocó un aumento de personas en los rocódromos y, por supuesto, sueñan con estar en los Juego Olímpicos, aunque lo ven como algo muy lejano todavía porque no olvidan que es difícil vivir de este deporte. “Lo mejor que puedes hacer para ello son los patrocinios de las marcas, pero eso ya es una cosa como muy a largo plazo, porque o eres muy bueno o tienes que tener ya mayoría de edad para que te puedan llegar esos patrocinios”, indican.
Ahora sus objetivos están puestos más a corto plazo y teniendo en cuenta que tendrán en este 2024 una complicada temporada, ya que parten como los más pequeños en su categoría. “Yo ahora, como me estoy recuperando de la lesión, mi objetivo es volver a mi 100% y, a partir de ahí, ya seguir hacia adelante todo lo que pueda y volver a conseguir un podio en la Copa de España”, refleja Juan, mientras que Daniel también está centrado en repetir podio en la Copa de España y acercarse a la mínima para poder ser convocado por la selección española para el Campeonato de Europa.
La cita que tienen marcada en el calendario es el fin de semana del 13-14 de abril en Cuenca, escenario de la primera prueba de la Copa de España de bloque y velocidad. Allí tratarán de volver a meterse entre los mejores de España, dando igual el orden, porque también lo que quieren ese seguir disfrutando, aprendiendo y creciendo en este deporte ayudándose mutuamente. Los mellizos desean continuar en escalada.