Es mediodía cuando Juan Picazo Menchén (Madrid, 1978), que regenta junto a su padre la correduría de seguros, Picazo de Nova, nos recibe en su despacho. En el ecuador del día, y también de la semana, la actividad de la empresa se encuentra en su pleno apogeo. A Picazo de Nova le avala su trayectoria, profesionalidad y el cuidado servicio a sus clientes. Nuestro protagonista quita importancia al dato de su origen madrileño, “porque uno no es donde nace, sino de donde pace”, explica tirando de refranero y demostrando ese espíritu afable y campechano que siempre le acompaña.
-¿Ha afectado mucho la pandemia al sector asegurador?
-Nuestro sector ha sido privilegiado, porque aunque ha bajado, su caída ha sido mucho menos pronunciada que en sectores relacionados con el turismo, la hostelería, el transporte y otros, donde la caída ha sido brutal.
-Y concretamente en Picazo de Nova, ¿cómo se están soportando estos duros tiempos?
-Curiosamente, hemos acabado el año creciendo y la explicación hay que buscarla en que mantenemos las ventas tradicionales en nuestras oficinas, aunque hubo meses en las que no atendimos al público presencialmente; contamos con doscientos colaboradores vendiendo por toda España y tenemos la venta por internet que ha seguido funcionando al cien por cien. Nosotros teníamos unas previsiones que no se han cumplido por la pandemia, pero hemos acabado el año con un 10 por ciento de crecimiento. Y las perspectivas para este año son las de seguir creciendo, de hecho ya hemos aumentado la plantilla con respecto al año pasado. Creo que al tener la actividad tan diversificada, hemos podido salvar mejor la situación.
-Ustedes trabajan para muchos sectores y sí pueden hacer una radiografía de cuáles han sido los más afectados, ¿no es así?
-El comercio y la hostelería han sido los sectores más castigados. Nuestra zona no es turística y el daño, evidentemente, es menor que en zonas de costa o lugares con más peso del turismo en la economía. Mucha gente tendrá que apretarse al cinturón y subsistirá, pero en otros casos la ruina ha sido total y van a desaparecer empresas y empleos, y eso es lo triste porque cuesta mucho crear una empresa y por un factor ajeno a su trabajo y gestión todo se les ha venido abajo.
-La gran ventaja ha sido que buena parte de las operaciones que realizan ustedes son on line…
-Efectivamente, es algo que ya llevábamos adelantado. Cuando irrumpió la pandemia mandamos a todo el mundo a teletrabajar a sus casas y desde allí han hecho lo mismo que si hubieran estado en la oficina. Incluso, la situación creada nos facilitó los contactos con los clientes porque todo el mundo estaba en casa.
-A medida que vaya avanzando el proceso de vacunación, ¿ cree qué se irá reactivando también la economía?
-Hay quien sostiene que la recuperación económica podría ser rápida, pero yo no lo veo tan claro. Realmente hay mucha incertidumbre y hay que esperar a ver cómo evoluciona la situación. Pero al margen de la economía, el drama es que ha fallecido mucha gente, en Tomelloso lo sabemos bien. Eso es algo que no tiene precio y que hace que lo económico pase a un segundo lugar. Por ello, interesa que agilicen la vacunación y todos podamos estar más tranquilos con nuestra salud. Volviendo a lo económico, ya hemos superado estas crisis y seguro que superaremos ésta también.
-¿Cuántos empleados trabajan actualmente en Picazo de Nova?
-Tenemos 33 personas en la empresa y es fruto de un trabajo continuado que nos ha permitido crear empleo y mover la economía.
-La competencia en el mundo de los seguros es muy encarnizada, con campañas de publicidad muy agresivas. ¿Cuál es el rasgo diferenciador de Picazo de Nova?
-La competencia tiene su lado positivo, te hace no dormirte. Nosotros hemos tratado siempre de ofrecer el mejor seguro al mejor precio, asesorando al cliente en el riesgo que tiene y ofrecerle el seguro que mejor se adapta a sus necesidades. Hay una competencia complicada que es la de la banca; ellos te colocan el seguro, pero no te asesoran.
-¿Qué es lo que más valoran sus clientes a la hora de contratar un seguro?
-Los clientes cuando contratan un seguro lo que quieren es dormir tranquilos. Si les ocurre algo, lo afrontan con tranquilidad, sin tener que hacer un importante desembolso de repente porque se ha quedado sin coche o sin casa. El cliente busca tranquilidad y tener los servicios que ha contratado.
-Usted pilota la empresa junto a su padre, ¿Se complementan bien los dos eslabones generacionales?
-Mi padre tiene 65 años, sigue en activo, es el director gerente y todavía no tiene la jubilación entera. Creo que contar con él es algo fundamental en el día a día porque atesora experiencia y sabe qué hacer ante casos más complejos. Tengo el privilegio de aprender de él todos los días. Curiosamente, ahora la experiencia es una valor que está en entredicho. Los vemos en bancos y otras empresas que jubilan a la gente con cincuenta y pocos años. Es cierto que la gente joven está bien preparada, pero se puede complementar con la experiencia de gente que todavía puede aportar mucho.
-¿Están trabajando en algún nuevo proyecto para Picazo de Nova?
-Nuestro principal proyecto es seguir creciendo. La correduría tiene que crecer en los próximos años y se tiene que reflejar a la hora de contratar más personal y adaptándonos como sea a lo que piden los nuevos tiempos.
