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Desde que llegó la pandemia a España, los especialistas en finanzas han temido un aumento descontrolado en la morosidad debido al mayor endeudamiento de hogares y empresas. Estos miedos se intensificaron con el inicio de la invasión rusa en Ucrania, con una inflación galopante y una caída en la generación de ingresos.
Sin embargo, no fue sino hasta este 2023 cuando se empezaron a ver los primeros indicios de un verdadero aumento en la morosidad, algo que se da, de forma paradójica, al mismo tiempo que los niveles de deuda de los españoles comienzan a bajar.
La deuda cae, pero sube la morosidad
Se trata de una cifra con matices ya que, habla de una sociedad española mucho más solvente que en los últimos años, pero también de una que tiene una menor capacidad de pago que en otros momentos, lo que no solo estaría frenando el crecimiento económico, sino que además estaría generando un aumento en la morosidad.
Así se vio recientemente, con los últimos datos del BdE situando la morosidad en el 3,59% durante mayo, el segundo mes consecutivo de incremento registrado por la entidad. Sin embargo, el resultado sería marginalmente superior debido al cambio en la metodología utilizada por la entidad en el último mes, alcanzando el 3,68% si se utiliza la metodología previa.
A pesar de esto, entidades como Bankinter prevén un desarrollo positivo para el mercado de los préstamos de cara al 2023, estimando no solo un aumento en el número de solicitudes y concesiones, sino también una mayor captación de clientes para la venta de productos en el largo plazo.
Comparadores de préstamos como Finbino también han registrado un aumento en la cantidad de productos financieros que ofrecen los bancos que operan en el país, así como una regularización en los precios de los mismos.
El aumento en las solicitudes de cara a la temporada veraniega también muestran un panorama positivo para las entidades financieras, quienes estarían experimentando un fenómeno de crecimiento en una temporada donde la demanda no suele ser tan alta. Por este motivo, los créditos al consumo serían el producto “estrella”.
Empeoran las hipotecas
De todos los tipos de financiamiento bancario, el único que estaría atravesando un momento peor que en años anteriores serían las hipotecas, cuya demanda y concesión estaría bajando sustancialmente con el paso de los meses. Se trata de una respuesta al aumento en los tipos de interés por parte del Banco Central Europeo (BCE).
Desde que el BCE comenzara la escalada en los tipos de interés a mediados del 2022, los intereses promedios prácticamente se han duplicado en España, haciendo que las hipotecas no solo sean significativamente más costosas que el año anterior, sino que además otorguen un financiamiento mucho menor.
Con un panorama político incierto debido a las paridad entre los principales partidos y la posible repetición de las elecciones, es de esperarse que la situación económica siga inestable durante lo que resta del año, especialmente en lo que respecta al endeudamiento y la morosidad.