Cabe recordar que en España, las pensiones se iban revalorizando conforme al IPC durante los gobiernos de Zapatero; más aún las mínimas, que subieron hasta un 27% en los 8 años que gobernó. A Rajoy no le pareció bien esa revalorización, y en 2013 las desvinculó de ese índice de precios, subiéndolas de manera constante a razón del 0,25% anual. Esto conllevaba que con el IPC por encima de ese porcentaje, la devaluación de la renta familiar de un pensionista era cada año mayor.
Las mareas de jubilados en las calles, más aún las de Euskadi cada lunes, provocaron que el PNV exigiera a Rajoy la vuelta al IPC, como índice válido para revalorizar las pensiones, si quería su apoyo para aprobar los PGE de 2018. Ya es conocido el porqué de la salida del PP del gobierno y la llegada del PSOE, quien está por la labor de asegurar y blindar en adelante esa subida de las pensiones, con arreglo a los precios.
Hay datos que aseguran que un 40% de los jubilados votaron al PP en las últimas elecciones generales. Habrá que preguntarles a quién piensan votar en las próximas, sabiendo lo que ya saben sobre cómo actúa la derecha con sus pensiones y cómo lo hace la izquierda. Se puede tener la ideología que a cada uno le parezca, pero tanta como para votar contra su propio bolsillo, parece demasiada carga ideológica. ¡Ojo al dato!, que exclamaba el periodista José María García.
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