El reciente congreso popular deja ciertas claves en el aire que vale la pena comentar aunque sea desde fuera. Ha sido un congreso civilizado, interesante, con ciertas discrepancias no muy discrepantes, defendidas inteligentemente por los dos candidatos aspirantes a la presidencia del partido. Un congreso tradicional. No ha sido un foro político de un importante país europeo en pleno siglo XXI, cuando la política de occidente está sometida a las amenazas y riesgos tan novedosos como sutiles que todos conocemos.
Este partido que inmediatamente habrá de trazar su ruta europea no ha dicho una palabra a sus compromisarios, ni de lo que sus parlamentarios europeos sugieren, ni de las posibles consecuencias de la incomprensible, irresponsable, inadmisible y analfabeta actitud de los EEUU gobernados por Trump, y eso que tenemos la base de Rota a nuestros pies. Tampoco se ha explayado en las consecuencias del Brexit, ni en las derivaciones de pertenecer al sur de Europa en compañía de Marruecos, Italia, y Libia por limitar la lista a los más cercanos. Para orientar al partido hacia estos temas no daba igual cualquiera de los dos candidatos.
Es cierto que de momento el PP va a estar en la oposición, pero la moderna oposición no podrá seguir siendo la infantil oposición del “de qué se trata que me opongo” Ya es hora de que adviertan que cuando se trate de asuntos de Estado colaborarán con el gobierno de turno aunque tengan que apoyar a la izquierda. De que pongan de relieve que en un régimen parlamentario, son más importantes los pactos que el salirse con la suya y que los acuerdos de las Cortes no son caprichos de los presidentes del gobierno. ¿Qué otro comentario cabe a la reiterada alusión de los dos candidatos que quieren desplazar a Pedro Sánchez?
Los refugiados
Un tema que debería estar en la mesa de todos los foros políticos es el de los refugiados y no se entiende bien que se presuma de ser adalides de la vida y no se ofrezcan pistas o sugerencias para atenuar este problema. Tampoco que se califique la posible ley de la eutanasia, como la “eutanasia de Pedro S.” Ni que se amenace con chinitas a la educación, antes de conocer los nuevos planes que mejoren el rendimiento actual de los niños y adolescentes. Y mucho menos que, una vez autorizados por la UE a elevar ligeramente el techo de gasto, sabiendo qué capítulos del presupuesto saldrían beneficiados, se adelanten a poner mala cara. ¿Así es como piensan recuperar los millones de votos que perdieron? Que sigan, que sigan así…
Buscando un resumen de este congreso podríamos decir que ha sido como el toreo de salón, algo indudablemente útil, pero distinto a tener que lidiar un miura quinqueño de verdad.