La presidenta nacional de Asociación de Familias y Mujeres del Medio Rural (Afammer), Carmen Quintanilla, ha celebrado la sensibilidad de las autoridades europeas a la hora de acoger su petición de celebrar una monográfica sobre mujeres rurales, dado el peso que este colectivo tiene en los núcleos no urbanos.
“No habrá futuro en los pueblos de Europa sino se cuenta con las mujeres”, ha dicho Quintanilla en una comparecencia con los medios, donde ha dado cuenta de su paso por la Conferencia del Pacto Rural Europeo, celebrada en Bruselas los pasados 15 y 16 de junio.
Quintanilla, cabeza visible de la única entidad de mujeres rurales presente en el cónclave, junto a actores sociales y económicos de estos enclaves, ha señalado que su propuesta se centró en solicitar la celebración de un foro antes de que termine el año, para analizar las necesidades del colectivo y poder implementar políticas que cubran las debilidades que tienen y potencien sus fortalezas.
“Allí se habló de las brechas en servicios públicos, como en sanidad, educación e infraestructuras sociales, en transporte, turismo y ocio, en la digitalización o en las oportunidades de empleo”, ámbitos necesarios para las mujeres que viven y trabajan en los núcleos rurales.
“Cuando una mujer inicia un proyecto en el medio rural, provoca muchas sinergias a su alrededor”, ha sostenido Quintanilla, porque “mantiene la población y mantiene los servicios públicos” con la formación de una familia.
El foro estará organizado por la Comisión Europea, el Parlamento Europeo, el Comité de las Regiones, gobiernos nacionales y nacionales y locales, las instituciones que, a su vez, han celebrado el Pacto Rural Europeo, que ha reunido a más de 400 personas en Bruselas.
Europa cuenta, ha recordado Quintanilla, con 137 millones de personas -el 30% de la población- que viven en el medio rural, y ocupan una extensión del 80% del territorio. “Tienen menos servicios e infraestructuras y ven menoscabado el desarrollo de sus entornos, con menos peso en el Producto Interior Bruto y en el empleo”.
Se trata de una preocupación que respaldan los datos del Eurobarómetro, dado que el 69% de la ciudadanía de la Unión Europea “apoya que se tenga en cuenta a las zonas rurales en las decisiones de gasto público”, y el 44% “ha mencionado claramente que hay un déficit en las infraestructuras de transporte y en las conexiones”. “El 60% de nuestros pueblos no tiene buena conexión”, ha añadido Quintanilla, tal y como “se ha puesto en evidencia en la pandemia”, una desigualdad en la que hay que trabajar favoreciendo la cobertura digital.
Por ello, es preciso que las políticas europeas contemplen medidas de promoción de la economía social para reducir el desempleo femenino, situado en el 51%, y así evitar que “ellas y los jóvenes abandonen el medio rural”. También lucharán contra la masculinización y envejecimiento en estos entornos.
Para Afammer, su paso por la Conferencia Europea “es un antes y un después” para que “los hombres y las mujeres de las zonas rurales entren en la agenda política de la Comisión Europea, del Parlamento y de todos los estamentos”. No en vano, la máxima portavoz de la organización puso de manifiesto “la necesidad de impulsar el relevo generacional en femenino, y la creación de oportunidades en diversos sectores, como el turismo rural y el ocio”.
“Hice un llamamiento para que se debatan estos temas en sectores fundamentales para el desarrollo económico y social”, y también “para destacar el papel de las mujeres rurales en el futuro en los pueblos de España”, porque “si no se cuenta con ellas no habrá futuro”.