La Asociación de Hombres por la Igualdad de Género (Ahige) celebró este lunes un encuentro en la Plaza del Pilar donde expresó su rechazo a la violencia ejercida contra mujeres y menores y animó a todos los varones a salir de la ‘manada’ de la tolerancia con el machismo.
“La lucha del feminismo y toda la potencia de los últimos 8 de Marzo en contra de la violencia de género y a favor de la igualdad no serían posibles si los hombres no nos posicionamos. No sólo basta con estar en favor la igualdad y compartir las tareas domésticos, sino que los hombres debemos dar un paso adelante” con el propósito de superar el “vínculo patriarcal entre masculinidad y violencia”, comentó Julio de la Cruz, de Ahige, que destacó que aún se deben cambiar muchas cosas empezando por la educación desde la infancia, de manera que no se interiorice como genético o natural que el hombre debe ser violento. “Ojalá dentro de pocos años los niños tengan claro que los problemas y conflictos, incluidos los de pareja, se resuelven hablando, negociando y discutiendo” con respeto, pero no con violencia, resaltó.
Acompañado de los concejales de Igualdad de Género, Anabel Chacón; Cultura, Ignacio Sánchez; e Infraestructuras, Casimiro Pastor; el edil de Juventud e Infancia, Antonio Gallego, leyó un manifiesto en el que se recordó que, desde 2003 hasta ahora, 1.100 mujeres han sido asesinadas en España por sus parejas o ex parejas y desde 2010 casi cien menores de 16 años han sido asesinados. Esta “lacra”, “máxima expresión” de la violencia machista, sigue y si el año pasado, según las cifras oficiales, murieron 47 mujeres, en 2019 ya se han contabilizado 46, datos a los que habría que sumar los no oficiales como los correspondientes con feminicidios familiares, prostitución y crimen organizado.
En su comunicado, leído ante un gran lazo blanco rodeado de 33 velas en recuerdo a las víctimas, Ahige expuso que la violencia de género es el símbolo más brutal de la desigualdad y se ejerce contra las mujeres al considerar sus agresores que carecen de los derechos mínimos de libertad, respeto y capacidad de decisión.
Los feminicidios son la punta de iceberg de una violencia consistente en maltratos verbales, laborales, domésticos, económicos, físicos, sexuales, psicológicos y emocionales, agregó, para denunciar también la “cosificación de la mujer y la utilización de su cuerpo como una mercancía” en la prostitución, trata de seres humanos y alquiler de vientres.
Atacar a la pareja o ex pareja y a las criaturas dependientes de esa relación representa hoy en día “la más brutal marca de identidad del patriarcado”, señaló Ahige, que resaltó que los agresores suelen aparentar ser hombres comunes, ciudadanos típicos, que, sin embargo, basan su seguridad personal en valores tradicionales de los estereotipos masculinos: el poder a través de la fuerza física, la competitividad, la agresividad y un estatus de supuesta superioridad y privilegio respecto a las mujeres.