Blues oscuro, ardiente, áspero y como un lamento ante lo inhóspito, pero también cremoso, dulce, animoso y ensoñador destiló este viernes en su directo The Blue Olive, un original dúo de guitarras del Campo de Montiel que, en instrumental, propuso un viaje, también interior, por los territorios manchegos en el marco de la programación ‘Local de Ensayo’ que se celebra en la Casa de la Ciudad.
Diecisiete años llevan tocando juntos, de manera que con sólo mirarse se lo dicen todo, José Ramón Muñoz, de Puebla del Príncipe, y Juan Velázquez, de Torre de Juan Abad, quienes, tras emprender previamente el proyecto de rock progresivo Ataraxia, se decantaron hace justo una década por plantar en el panorama musical de la provincia The Blue Olive, una formación de blues fronterizo manchego que lo mismo se llena de aires folk que transmite la aridez del desierto o se deja llevar por el sentido y sensibilidad del aliento sureño.
Ante un aforo que rozó el lleno, pese a los hándicaps de la continuada lluvia y el Países Bajos-Argentina, The Blue Olive conquistó al público con un repertorio, en el que presentó ocho de los doce temas que incluirá en su segundo trabajo discográfico, ‘Caballero andante’, que saldrá en 2023 y supondrá un trayecto, con distintos registros y sonoridades, por La Mancha. El recorrido comenzó con ‘El camino’, la aridez de ‘Páramo’ y ‘Erial’, siguió los pasos como latidos de corazón en el oído de ‘Gigantes’ y transmitió la tremenda nostalgia de ‘El precio’.
Medio labio superior alzó, cuando no se le guiñó un ojo o encogió los hombros en las notas más sentidas, Velázquez que, a partir de ahí, se enfundó la acústica con parada en la animosa ‘Nómada’ y la intuitiva, con Muñoz deslizando emociones sobre las cuerdas con el slide, ‘Instinto’. También subieron al escenario otros temas nuevos como ‘Animal’ y ‘Adarme’ e incluyeron dos de su primer álbum, ‘E madre’ y ‘Vegata’, para enfilar la recta final del concierto con versiones de canciones como ‘Los últimos de nosotros’, del compositor argentino Gustavo Santaolalla, y el emblemático spaghetti western, en este caso con tintes manchegos, ‘El bueno, el feo y el malo’, del italiano Ennio Morricone.