Entre robo y robo a los ladrones (se cree que más de uno) les dio tiempo de pararse a comerse unos bocadillos
Belén Rodríguez
Ciudad Real
“Tengo mucho miedo. He echado todos los cerrojos y no he salido de casa en toda la mañana”. Lo dice una vecina de Cózar, una localidad de poco más de mil habitantes del Campo de Montiel, que acaba de ser víctima de lo que parece una banda organiza especializada en robos con fuerza.
A esta mujer no le han robado, pero sí en dos bares, un establecimiento comercial (la multitienda) y dos viviendas particulares -que se sepa en ninguna de ellas había vecinos-. Ocurrió entre las doce la noche del jueves y las primeras luces del día de este viernes y se han llevado dinero en metálico de las cajas registradoras, sin que nadie se diera cuenta de nada.
Los malhechores (parece el ‘trabajo’ de más de una persona) se aseguraron de que la oscuridad los protegiera, y manipularon los cuadros de luces del alumbrado público de los barrios en los que han actuado para provocar un apagón.
“Un vecino me ha dicho que se dio cuenta de que se fue la luz, pero quién iba a pensar que iban a robar”, señala el alcalde, Alipio García, que no oculta su preocupación por la facilidad pasmosa con que ha actuado la banda, “incluso han tenido tiempo de hacerse unos bocadillos entre robo y robo en la multitienda”, “los municipios pequeños estamos vendidos, estoy muy preocupado”, añade. Y con él su equipo de gobierno y la localidad, en la que no se habla de otra cosa.
“Nuestro presupuesto municipal no nos permite tener una plantilla, por pequeña que sea, de Policía Local, y aquí no hay Guardia Civil. El cuartel más importante y cercano está en Villanueva de los Infantes, y con poca gente. Y en Albaladejo, donde en teoría hay puesto, en la práctica sólo presta servicio allí una persona”, subraya García, que esta tarde ha celebrado una reunión con sus concejales “para ver qué podemos hacer y cómo garantizamos la seguridad de nuestros vecinos”.
Sabe que no lo tiene fácil, por lo que también pedirá una reunión con el subdelegado del Gobierno, para exponerle el problema.
“Lo que nos ha pasado a nosotros ya pasó hace quince días en Almedina y en Fuenllana, y también en otros pueblos de la Sierra de Alcáraz. Quienes nos han robado nos han tenido que estar observando porque conocen nuestras costumbres y sabían detalles de los establecimientos”, comenta el primer edil.
El alcalde cree que con los ajustes de plantilla en la Guardia Civil, y sin policías locales, no es posible mantener una vigilancia habitual y disuasoria en estas poblaciones, alejadas de las capitales. “Sabemos que los guardias hacen lo que pueden, pero muchas noches sólo hay una patrulla para una comarca tan amplia que si pasa algo el tiempo de respuesta es de entre treinta y cuarenta minutos. Ya nos pasó una vez, un vecino llamó una noche a la Guardia Civil y estaban en Villanueva de la Fuente, tardaron media hora en venir para acá”.
García teme que con esta situación los ayuntamientos se tengan que ver obligados a contratar vigilancia privada, y se siente impotente, “no quiero ser mal pensado pero parece que este Gobierno nos empuja a que busquemos soluciones privadas de seguridad”, remata.