J. Y. / Ciudad Real
“Gestiono mi explotación sin problemas, vivo de la agricultura y tengo un trato normal y profesional con los hombres, siempre mayoritarios en el sector”.
Así lo dice a El Campo Rosa María Ciudad Trujillo, una agricultora calzadeña de 44 años, titular y administradora de las plantaciones que gestiona desde hace una década como modo de vida”.
En el mes en el que se ha celebrado el Día Internacional de las Mujeres Rurales (el 15 de octubre), Ciudad es la cara visible de una de las reivindicaciones históricas de las mujeres como es ser sujeto visible ante la gestión agroganadera, apoyar la agricultura familiar vinculada a la fijación de población, fomentar la calidad de vida de las personas que viven en los núcleos rurales y participar en organizaciones sociales y sectorial.
Es el caso de Ciudad, miembro de Asaja y de Afammer “sin ningún cargo”, que en 2006, cuando trabajaba como administrativa en la cooperativa “Nuestra Señora de los Remedios”, decidió convertirse en joven agricultora y se acogió al procedimiento por el que tras cinco años de su alta en la actividad pasó a ser agricultora a título principal.
Explota fincas de viña y cereal, “algunas arrendadas de mi padre y otras las compré”.
Esta agricultora calzadeña está al día en la incorporación de las nuevas posibilidades técnicas para rentabilizar su negocio, pues fue beneficiaria de las ayudas a la reestructuración y reconversión de viñedos a través de la transformación de vaso a espaldera y mejoró su sistema de gestión con el uso habitual de riego.
Pero esta innovación no impide que los cultivos de la agricultora se vean afectados por enfermedades o plagas, como ha ocurrido este año con el mosquito verde, que ha dañado de manera importante las pámpanas de las viñas del Campo de Calatrava y, en su caso, a sus vides, con menos producción, aunque al menos los precios, entre 3 y 3,20 pesetas el kilogrado “han estado mejor”.
En cuanto al cereal, cultiva avena, cebada y trigo, cuyas cotizaciones en la última campaña “han estado por los suelos -23/24 pesetas el kilo-“.
Por ello, Ciudad valora la Política Agrícola Común (PAC), una de las normas más importantes de la Unión Europea que este año cumple su 30 aniversario, como un instrumento “ideal” para el sector agrario y ganadero porque “gracias a la PAC podemos funcionar un poco, y viene muy bien”.
Con todo, la agricultora asegura que las tierras son rentables con una gestión empresarial. “Estoy soltera, y puedo vivir de ello”, dice, aunque cuente con el trabajo de otras personas para realizar las principales tareas de la actividad.
“Es una manera de vivir, no es para tirar cohetes, pero el campo tiene futuro para mujeres y para hombres si tienes una explotación controlada”, dice y agrega que “si yo arara y podara, me ahorraría dinero “.
Ahora está pendiente de la climatología para “empezar a sembrar” y pensar en un nuevo año agrícola.
Ciudad también está intentando repoblar las especies de caza menor como los conejos, las liebres y las perdices en una finca de su propiedad que tiene arrendada a pastores de ovejas y vacas porque “las alimañas -zorros y meloncillos- están diezmando las poblaciones de estas especies”.