Rubí, impulsora de la Plataforma de Afectados en Castilla-La Mancha de la Industria de Espectáculos y Eventos a la que se han sumado cerca de 1.200 personas, resalta que se “están suspendiendo hasta los espectáculos que se pueden realizar” como los suyos. “Soy una cantante que me recorro pueblos en los que a veces me van a ver 500 personas, pero la mayoría están entre los 100 y los 400, con lo que podría estar trabajando desde que entramos en la Fase 2” ya que el aforo máximo permitido al aire libre era de 400 personas, mientras que asciende a 800 ahora en la Fase 3. Lo único que habría que hacer es separar las sillas a la distancia de seguridad de un metro y medio o dos metros, además de llevar mascarilla, para celebrarse sus espectáculos en espacios abiertos, pero “no es así. Lo tengo todo suspendido, inclusive para los meses de agosto y septiembre”, comenta la artista manchega, a la que todos le dicen que va a ser “de las más beneficiadas” porque su espectáculo es “viable y va a poder trabajar, pero la realidad es que todo el mundo está cancelando y nadie contrata”.
Autónomos temporales
A “todo el que se suba a un escenario”, como magos, cantantes, monologuistas, vedettes, revistas de variedades, espectáculos de baile, orquestas y tributos, está afectando esta situación, como si “un escenario y unas sillas” pudieran ser “el único foco de infección hoy en día”, expone Rubí, que resalta que son muchos los que se han quedado al margen de las ayudas establecidas, en concreto los autónomos temporales que cuando comenzó el estado de alarma en marzo no se encontraban dados de alta, porque se trata de un sector con una temporalidad de trabajo real que “habitualmente va de abril o mayo hasta octubre aproximadamente”.
“A los autónomos nos permiten darnos de alta tres veces al año y, en diciembre que suele ser un mes de algo de trabajo nos volvemos a dar de alta, pero enero, febrero, marzo y abril, dependiendo de cómo caiga la Semana Santa, son meses en los que no hay nada de trabajo y nadie puede permitirse pagar 300 euros de autónomo al no tener ingresos en esos meses”. Al empezar el estado de alarma en marzo, “prácticamente a todos los autónomos nos pilló dados de baja pero con la inversión hecha”, porque en esos meses se realiza para la nueva temporada que en su caso, por ejemplo, se corresponde con la adquisición de equipo de sonido, la grabación de un disco y vestuario que aún tiene en la modista “a medio hacer porque no sé si lo voy a poder terminar de pagar”.
“Antiguamente, cualquier administración pública, asociación e incluso agencia de espectáculos te contrataba como trabajadora y te daba de alta por ese día en régimen de artista por el que se cotizan dos días y medio”, pero actualmente “te piden a ti que les factures, con lo que no nos ha quedado más remedio que hacernos autónomos”, señala Rubí.
Protocolo y respaldo
Entre las principales reclamaciones de los afectados, se encuentra la de establecer un protocolo real con todas las medidas de seguridad a disposición tanto de los ayuntamientos como los artistas, empresas de eventos y, en definitiva, todo el sector, “porque a mí lo que me llega de los ayuntamientos es que me cancelan las actuaciones porque les cuesta una barbaridad cumplir los protocolos que les mandan, y yo no lo entiendo porque a mí los protocolos que me llegan es de un metro y medio de seguridad al aire libre”.
Este protocolo es “lo primero que necesitamos para que los ayuntamientos no tengan miedo e, igual que se han abierto las terrazas de los bares y mercadillos por ejemplo, tener seguridad” y claridad ya que si no “les da miedo aventurarse” a programar.
“Queremos trabajar” y, en ese sentido, en segundo lugar, reclaman apoyo de las administraciones para estos espectáculos de la misma manera que se hace con otros eventos “como, por ejemplo, el Festival de Teatro de Almagro”. Tanto unos como otros se pueden realizar cumpliendo con las medidas de seguridad, sostiene Rubí, que también apunta a la necesidad de una mesa de trabajo con el Gobierno regional donde se analice la situación del sector, para el cual, que ha adaptado sus propuestas a la ‘nueva normalidad’ con espectáculos para ser presenciados sentados, “el tiempo corre en nuestra contra porque ya se ha pasado más de la mitad de junio, siendo los meses fuertes del sector de junio a septiembre”.
Modelo de ayudas
“Nuestra idea es trabajar, pero si no nos van a dejar, sí que necesitamos unas ayudas que nos abarquen a todos” y, en ese sentido, cree que “el mejor modelo que hemos visto hasta el momento es el del País Vasco, porque no deja a nadie fuera al coger la renta del año anterior y, en función de la misma, conceder ayudas que van desde el salario mínimo interprofesional hasta 1.200 euros”.
Si la situación no cambia, “nosotros vamos a estar un año y medio sin trabajar prácticamente ya que paramos el pasado mes de octubre” y parece que “nos están pidiendo que no trabajemos, porque no somos recomendables, hasta mayo del año que viene”, indica Rubí, que plantea la cuestión de “¿qué trabajador puede aguantar eso?”, por lo que estima que este sector que trabaja en las ferias y fiestas, y proporciona de forma colateral actividad a otros ámbitos productivos, se encuentra actualmente “al borde del precipicio”, siendo muchos los que se están buscando otro trabajo para poder subsistir.
Al aire libre y espacios amplios
“Queremos trabajar porque todos lo están haciendo, los bares están abiertos, las piscinas van a abrirlas y los teatros también”, con lo que “por qué las verbenas no si son al aire libre y en espacios muy amplios”, comenta, así mismo, el almagreño Clodo Peña, gerente de Espectáculos Clodoaldo y la Orquesta Sonital.
“Por lógica cuando termine el estado de alarma tendríamos que poder trabajar con las normas que se indiquen para las verbenas en cada momento al igual que se va a hacer en terrazas, playas, teatros o discotecas”, expone, para resaltar que se está intentando que todo vuelva a reactivarse pero no estos espectáculos que se están suspendiendo con las fiestas patronales incluso para los meses de agosto, septiembre y octubre sin tener en cuenta que son muchas familias las que viven de esta actividad.
“La mayoría de orquestas se dan de alta para la temporada de verano, unos seis meses, que es cuando se trabaja”, pero “nos pilló el estado de alarma en fechas en las que aún no se trabajaba ya que se iba a empezar en mayo”, comenta Peña, que indica que si esto hubiese sucedido en octubre con “el dinero ganado en verano, se aguanta mejor, pero ha sido justo poco antes de reiniciar, ya sin esa reserva y además habiendo invertido para la nueva temporada”.
“Desde Carnavales no hemos hecho nada” y la situación es bastante difícil para orquestas grandes como Sonital que dirige con 14 músicos en el escenario hasta llegar a 22 personas al sumar montaje, pipas, técnico de sonido, luces y pantalla. Los camiones, “a los que hay que pagarles el seguro”, están “ahí parados” y en “nuestro caso es complicado” reactivarlo todo, desde ensayos a montaje de equipos, si la temporada, que es “cuando ganamos dinero”, apenas se queda en dos o tres galas, con lo que va a ser “mucha gente la que se quede sin trabajo”.
En el limbo
Sin opción a ayudas se han quedado “en el limbo” muchos profesionales, entre ellos, “técnicos de sonido, luces, montadores y conductores de las orquestas, así como los artistas que cotizan como autónomos intermitentes como son los de canción española, variedades y magos”, expone Chema Cantón, de la Asociación de Orquestas de Andalucía, responsable de la Orquesta Zodiako y promotor de la Coordinadora Estatal de la Verbena y Espectáculos, que también indica cómo en muchas ocasiones no se ha podido realizar un Erte al no estar en el momento del inicio de la alarma sanitaria en actividad.
Sólo se han podido acoger a un Erte “las orquestas que tenían a todo su personal y les ha pillado en alta cuando se decretó el estado de alarma. Pero acabados los Carnavales, la gente no se da de alta hasta mediados de abril o mayo para hacer toda la temporalidad, ya que es un trabajo temporal e intermitente igual que la agricultura, lo que pasa es que la agricultura tiene un régimen que acierta con la realidad y nosotros nos regimos por un Real Decreto de 1985 que nada tiene que ver con la realidad, ha cambiado todo y no se adecúa la normativa”.
Así mismo, ocurre que “buena parte de los jefes de las orquestas contratan a los músicos, en lugar de por el régimen de artistas, por el régimen general porque la propia administración lo está permitiendo, pero por el régimen general no se pueden acoger a las ayudas”, lo cual, afirma, “le está pasando al ochenta por ciento de los músicos de orquestas del país”.
Si a esto le sumas que se están suspendiendo las fiestas en todo el país, la situación es muy compleja, con lo que “no se puede garantizar que en 2021 haya suficientes orquestas para las verbenas de España. Muchas desaparecerán, ya no la empresa, sino los músicos que ante las perspectivas de no poder trabajar hasta en el mejor de los casos mayo de 2021” y un panorama de 18 meses inactivos, “se buscan otras alternativas, otros empleos”.
“La visión que tiene la sociedad es que hemos estado los meses de confinamiento dando nuestro arte gratis en los balcones y redes sociales. Somos un colectivo ‘muy guay’ y generoso, hemos cumplido una misión solidaria para llevar el confinamiento de la mejor manera”, pero parece que “no tenemos problemas”, destaca Cantón, que resalta que “o hay soluciones o hay ayudas. Si no se nos permite tocar ni trabajar, necesitamos un respaldo igual que otros colectivos a los que se les ayuda o se les está permitiendo trabajar”.
Dando ejemplo
La viceconsejera de Cultura y Deportes, Ana Vanesa Muñoz, destaca a LANZA, por su parte, que las actividades festivas, a las que van ligadas estos eventos culturales, son una competencia propia de los ayuntamientos y subraya que, aunque se suspendan los festejos, “se pueden programar eventos culturales siguiendo escrupulosamente las medidas sanitarias establecidas en cada momento”. “Lo que no se puede hacer es una macroverbena” ni que se reúnan cientos de personas sin medidas de seguridad fomentando lo que podría ser un “foco de contagio”, expone la viceconsejera, que tiene previsto reunirse con la Plataforma de Afectados próximamente para valorar sus reivindicaciones.
Desde la Consejería de Cultura, que entre las primeras medidas que solicitó al Ministerio estaba que “se tuviera en cuenta la temporalidad del sector a la hora de diseñar las ayudas y Ertes”, se está trabajando “dando ejemplo” y, a este respecto, cumpliendo con las medidas de seguridad sanitarias, “vamos a programar el Festival de Almagro, hemos abierto los museos con entrada gratuita y vamos a abrir los parques arqueológicos en el mismo sentido”.
“El ejemplo se hace trabajando y nosotros estamos haciendo todo lo posible para que, cumpliendo con los condicionantes que marca Sanidad, se puedan hacer las cosas”, resalta Muñoz, que apela a “ese sentimiento de querer seguir trabajando por la cultura, siempre y cuando las circunstancias y la legislación sanitaria lo permitan”.