En una carta enviada al presidente de la CHG, Samuel Moraleda, esta organización ha recordado que desde el punto de vista racional y ecológico, el último trimestre del 2019 sintetiza el estado de abandono de la gestión de las aguas en la cuenca alta del Guadiana que se viene produciendo desde las últimas décadas y que en la actualidad se manifiesta como una crisis crónica.
Desde 2015, ha recordado la organización, los niveles piezométricos de los acuíferos subterráneos han vuelto a descender en el Alto Guadiana, “circunstancia atribuible más a la reiterada, y crónica sobreexplotación para el regadío que a la escasez de agua por sequía”.
La aplicación incorrecta, cuando no perversa, de algunas de las normas sobre las aguas subterráneas otorgando nuevos derechos de agua en masas en riesgo ha agravado la situación de los acuíferos llevándolos a la situación de no lograr alcanzar los objetivos ecológicos, por lo que urge adoptar ahora fuertes medidas de reducción de las dotaciones para riego, han indicado.
La CHG podrá contar con los investigadores, científicos y asociaciones ecologistas siempre que sea en la dirección adecuada en la gestión del agua, “que nunca será contando con trasvases procedentes de otras cuencas y menos aún si ni siquiera es consultado el Patronato del Parque Nacional de Las Tablas de Daimiel”.
Ojos del Guadiana Vivos ha recordado que “la determinación de los recursos que corresponde asignar en cada campaña para riegos es una competencia única y exclusiva de la CHG, siempre sujeta a los principios de prevención y precaución en la gestión de las aguas y al orden de prioridades, una vez garantizados los recursos para abastecimiento poblacional para al menos dos campañas”.
Y siempre, han apuntado, “sin olvidar los caudales ecológicos que garanticen el buen estado ecológico de las masas de agua y el buen funcionamiento de los ecosistemas fluviales y palustres protegidos”.
En todo caso, la determinación de los recursos a asignar, ha advertido, “debe ser técnica y científicamente correcta para avanzar en la transición ecológica y en los objetivos ambientales de la planificación, algo que, han subrayado, “no es negociable”.
Regímenes de riego
Por todo ello, han criticado duramente la resolución de la Junta de Gobierno de la CHG en la que se aprobaron los regímenes de riego para cultivos agrícolas, “dada la vergonzante forma en que se produjo el proceso de presión a la propuesta de la CHG con una contrapropuesta realizada por la Junta de Comunidades más perjudicial y contraria a los principios de prevención y precaución, que aparentó más el juego de poli malo y poli bueno, y todo pactado con las patronales agrarias”.
En este sentido, han indicado, “ni la posición intermedia aprobada, ni siquiera la propuesta inicial de la CHG eran suficientes para avanzar hacia los objetivos mínimos de la Planificación de la Gestión”.
Y han señalado que esta decisión ahonda en el problema de que España se quede sin tiempo ya para alcanzar los objetivos ambientales de la Directiva Marco del Agua, que han recordado, “son vinculantes”, por lo que se va camino de un nuevo incumplimiento que comportaría nuevas sanciones de la Comisión Europea a las que nos vienen imponiendo ya por incumplimientos de las Directivas del medio ambiente y que pagan todos los españoles.
Finalmente, ha recordado que las competencias y responsabilidades de cumplirlo son de la CHG y de sus autoridades, a los que se debe exigir el cumplimiento ambiental que dicta la Unión Europea.