“La fibromialgia es una enfermedad que no se ve y muy difícil de diagnosticar”. Así califica Prado Estradas, enferma de fibromialgia y presidenta de la asociación FibroReal, la enfermedad que lleva sufriendo durante muchos años y que la incapacita para hacer un día a día habitual.
La fibromialgia es una enfermedad crónica e incapacitante, caracterizada por un dolor crónico en el aparato locomotor. Se trata de una alteración del Sistema de Sensibilización Central, al igual que el Síndrome de Fatiga Crónica, que produce un cansancio físico y mental que no cesa con el reposo. Todas estas patologías suelen diagnosticarse por descarte y suman síntomas como infecciones frecuentes y alteraciones cognitivas, del sueño, de la concentración o de la memoria.
En España, según diferentes estudios médicos, la fibromialgia afecta al 2,5% de la población española, teniendo más incidencia en mujeres. Durante las últimas décadas se han desarrollado varios criterios de clasificación, diagnóstico y detección de la fibromialgia, pero todavía queda mucho camino por recorrer.
Para visibilizar esta enfermedad existen asociaciones como FibroReal, que inició su andadura en septiembre de 2017, con el objetivo de dar voz a las personas que sufren fibromialgia, así como realizar actividades divulgativas y de sensibilización para dar visibilidad a esta invisible enfermedad. Actualmente, FibroReal cuenta con 120 socias, y algún que otro socio, repartidas por diferentes puntos de la provincia, aunque el núcleo principal se encuentra en Ciudad Real capital.
“Es una enfermedad que no se ve, no es como si tuviéramos un brazo escayolado, pero sí que la sufrimos todos los días. Hay días que no podemos ni levantarnos de la cama y eso incapacita a la persona”, lamenta la presidenta de FibroReal, dejando caer que muchas personas tienen que dejar sus trabajos al ser “imposible” lidiar con la enfermedad y el trabajo. En este sentido, lamenta que apenas existan incapacidades laborales para las personas que sufren este tipo de enfermedad.
“Nos suelen dar bajas por dolores musculares, ciáticas, dolores de espalda, dolores de cervicales, depresión… por todas esas dolencias que son asociadas a la fibromialgia, pero no por la enfermedad que tenemos”, añade Estradas.
La pandemia también les perjudica
La crisis sanitaria provocada por la COVID-19 y el confinamiento vivido durante el año pasado afectó de forma significativa a los pacientes de fibromialgia, ya que obligaron a los afectados a disminuir su tratamiento de ejercicio físico. En esos casos, una inmovilización prolongada y un aumento de las cargas emocionales influyen en el empeoramiento de la enfermedad y su sintomatología.
Mayor conocimiento médico
Desde FibroReal, como desde otras asociaciones a nivel nacional, demandan un mayor conocimiento médico a la hora de tratar la fibromialgia, pues lamentan que en algunos casos se encuentren con un gran desconocimiento de la enfermedad entre el personal sanitario, aunque reconocen que, cada vez, hay un mayor conocimiento al respecto, en parte, gracias a la labor que realizan las asociaciones como FibroReal a lo largo y ancho de la geografía española.
“Hasta que se nos es diagnosticada la enfermedad, una persona que padece fibromialgia puede tirarse fácilmente seis años a base de pruebas, como fue mi caso”, asevera la presidenta de FibroReal.