La Junta incorporará a la Ley de fomento y coordinación del sistema de investigación, desarrollo e innovación de Castilla-La Mancha, aprobada en 2022, el cuerpo superior de investigadores que, en el caso del ámbito agrario, estarán vinculados a los proyectos del Instituto Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario y Forestal de Castilla-La Mancha (IRIAF).
El marco normativo vendrá a avalar los trabajos que ya se están haciendo para la transformación de subproductos de pistacho, uva, nuez y berenjena por el proyecto CLaMber, también adscrito al Iriaf, y a través de otros proyectos y estudios desarrollados en el propio Iriaf y su organigrama, como es el Centro de Investigación Agroambiental ‘El Chaparrillo’ (CIAG), ubicado en Ciudad Real, desde donde el consejero de Agricultura, Agua y Desarrollo Rural, Francisco Martínez Arroyo, ha realizado el anuncio hoy.
Delante de varias decenas de investigadores del propio CIAG, de otros centros del IRIAF y de algunas escuelas de la Universidad de Castilla-La Mancha (UCLM), que han asistido a un taller de estos productos, Arroyo ha destacado la necesidad de crear este cuerpo de alta cualificación, con la exigencia del doctorado, para “valorar” su trabajo científico en la industria agroalimentaria y para evitar que “personas no formadas ni cualificadas” accedan a estas experimentaciones.
“La inversión en investigación agroalimentaria, ha agregado Arroyo, será la riqueza del futuro”, dado que se trata de uno de los ámbitos económicos punteros en la región, aunque “cueste trasladar a otros departamentos del Gobierno la necesidad de esta investigación”.
Arroyo ha trasladado “la apuesta clara del Gobierno regional” a esta nueva vía transformadora para obtener el valor añadido del ciclo transformador de cualquier cultivo y que “se quede en Castilla-La Mancha”. Es la manera más directa de dar “valor” a la innovación de la investigación agroalimentaria, con el fin de “generar rentabilidad y riqueza”. Por ello, el nuevo marco será “una oportunidad en el ámbito de la innovación alimentaria”, clave para esta industria.
Por ello, ha celebrado la nueva habilitación “como reconocimiento a los investigadores del Castilla-La Mancha y lo hemos conseguido”, ha dicho dirigido a los científicos presentes, a los que ha anunciado que en el mes de marzo hará un reconocimiento “inminente” a la creación del propio cuerpo, que “estará separado del resto de la administración pública”.
“Era una medida absolutamente necesaria que valía la pena reivindicar”, ha incidido.
De esta manera, ha visto “insuficiente” el presupuesto de 11 millones de euros destinados al Iriaf, sobre todo a la hora de encarar “metas más ambiciosas”, por lo que “debemos plantearnos atraer más inversión privada a la innovación pública, como es el ejemplo de CLaMber”, con la berenjena del Campo de Calatrava, la nuez de Nerpio, -a punto de obtener la figura de calidad-, el pistacho y la uva. Algunas transformaciones van dirigidas al ámbito de la cosmética “y todo esto lo podemos hacer en Castilla-La Mancha” porque “tenemos a los mejores investigadores y materias primas para hacerlo”.
Así ha valorado “el buen trabajo que estáis haciendo, como en el que se hace aquí en El Chaparrillo con el pistacho, una potencia en el sector”, que ahora trabajará por “la integración comercial” y las agrupaciones de productores, para que “el valor añadido se quede en nuestra tierra, y en las empresas con CIF, que pagan los impuestos en Castilla-La Mancha”.
“Para que no nos pase como en el vino y que cuando esté “todo el pistacho en producción seamos capaces de procesarlo, además e tostarlo, salarlo, trocearlo y hacer el polvo de los helados”. “Hay que pensar en grande”, ha dicho antes de invitar a los presentes a participar en la jornada de puertas abiertas del 12 de abril de CLaMber, una planta de refinería referencia en el sur de España, con un presupuesto anual de 2 millones de euros, medio millón procedentes del sector privado.
Esta cualificación contribuirá a consolidar o aumentar la contribución del 18% en el PIB, tras crecer seis puntos en seis años. “No vamos a parar” porque “aquí estamos para seguir adelante trabajando por el sector agrario”.
Extracción de polifenoles
Javier Mena, científico del centro investigación de I+D CLaMber, ha presentado los objetivos de la jornada de transferencia del conocimiento, en torno a los proyectos que están desarrollando en la biorrefinería con restos de los principales cultivos de Castilla-La Mancha.
La mayoría, ha aclarado, están relacionados con la extracción de polifenoles, como es el caso de la nuez de Carpio, la pepita de uva, el pistacho manchego o la berenjena del Campo de Calatrava.
Son desarrollos inmersos en la bioeconomía circular, con la biomasa “natural, local, infinita, sostenible y biodegradable” en el centro, “contrapuestos” a la economía lineal, explotada en los últimos siglos, y asociada a la demanda de materiales fósiles, finitos y poco respetuosos con el medio ambiente.
El objetivo es valorizar” esa biomasa a través de la conversión de los residuos en subproductos, y así “crear oportunidades de negocio y aumentar la rentabilidad económica”.
“Es un paso más”, ha dicho Mena, para obtener bioproductos de alto valor añadido que fomenten la sostenibilidad del campo, con un radio logístico estimado a más de 100 kilómetros, sobre todo en las aplicaciones cosméticas.
“También ayuda, ha agregado, a revitalizar la economía rural, a generar empleo y a impulsar una imagen de marca respetuosa”.
La inauguración del taller ha contado con la participación del director del Iriaf, Esteban García Romero; del investigador del Chaparrillo, Esaú Martínez; la delegada de la Junta, Carmen Teresa Olmedo; la delegada provincial de Agricultura, Amparo Bremard o la alcaldesa de Ciudad Real, Eva Masías.