La hermandad de San Cristóbal honró a su titular con los actos religiosos en torno al patrón de los conductores. El parking de caravanas de La Moheda fue, por segundo año, el escenario para la celebración de la misa, bendición de camiones y posterior procesión. Casi una cuarentena de vehículos, la mayoría de gran tonelaje y conducidos por profesionales del volante, completaron el trazado establecido para la ocasión.
La eucaristía, programada para las nueve de la tarde, se retrasó media hora debido a otras atenciones pastorales del sacerdote que la ofició, el vicario de la parroquia de San Juan Bautista de la Concepción, Feliciano Harindinguari. Durante la homilía, explicó el significado de Cristóbal, (Portador de Cristo), que como puede comprobarse en la imagen del titular, lleva sobre sus hombros a un niño que era Cristo. Animó a los componentes de la Hermandad a cumplir con los preceptos de la Iglesia, al mismo tiempo que recordó la responsabilidad que tienen todas las personas que están al frente de un volante.
En la parte musical de la misa, intervino el coro de la Iglesia de Santa María. Al acto religioso también asistieron representantes de la corporación municipal, concejales de los grupos popular y socialista, directivos de la Hermandad de San Cristóbal y directivos de otras cofradías y hermandades de la localidad.
Finalizada la misa, el sacerdote realizaba la bendición de los treinta y ocho vehículos participantes en el desfile. Abría el cortejo la carroza con la imagen de San Cristóbal, con abundante adorno floral. Después, circulaba un autocar con los representantes municipales y directivos de cofradías. Numerosos camiones marchaban posteriormente hasta completar el contingente que recorrió distintas calles de la localidad, haciéndose notar su paso por el sonido del claxon.
Concluido el desfile y de vuelta a la zona del aparcamiento de caravanas, se realizó el habitual vino de honor a los participantes en los actos con los que finalizaban los programados en honor al patrono de los conductores.
El presidente de la hermandad, Juan Alfonso Moya, estaba muy contento por cómo se habían desarrollado las actividades. En declaraciones a Radio Horizonte, puso en valor la asistencia de público a la eucaristía y la participación de casi cuarenta vehículos en la procesión, que se desarrolló sin ningún tipo de incidente. “Celebramos el día grande de todos los conductores de La Solana, aunque muchos piensan que está dedicado sólo a los profesionales del volante. La gente disfrutó, todo salió bien y debemos seguir potenciando esta fiesta”.
También destacó un momento especial de las celebraciones, al entregarse una placa al hermano más joven del colectivo. Se trata de Saúl Santos-Orejón Manzano que tiene poco más de dos meses de vida. Uno de los hermanos más veteranos hizo la entrega del detalle.