El emblemático Café Gijón acogió ayer un entrañable y emotivo acto de homenaje a Francisco García Pavón. El lugar en el que el gran escritor tomellosero coleccionara tantos buenos momentos y fraguara muchas de sus obras, se llenó de muchos conocidos y personajes ilustres que analizaron tanto su obra como su figura humana. Como muy bien dijo el hoy relaciones públicas y antes camarero del Café, José Bárcenas, “el espíritu de García Pavón estará siempre en el éter de este ambiente literario, de palabras y de humanidades
El acto, que contó con una nutrida presencia de tomelloseros que desplazaron en autobús y coches particulares, así como grandes amigos del escritor, fue presentado por Mª del Carmen de Inés, presidenta de la Asociación Versos Pintados del Café Gijón, a la que acompañaron en una inolvidable tertulia el dramaturgo y guionista, José Luis Alonso de Santos; la hija del escritor, Sonia García Soubriet; la vicedirectora de la Real Escuela Superior de Arte Dramático, Antonia García; la directora de la Casa de Cultura, Rocío Torres, la concejala del Ayuntamiento, Isi Serna; el director de la editorial Cuarto Centenario, Francisco del Valle y el ya mencionado José Bárcenas.
Enamorado de la literatura
“Francisco García Pavón se enamoró de la literatura”, dijo Bárcenas que hizo una maravillosa semblanza de un escritor que compartió tertulias “con grandes alquimistas y cinceladores de la palabra y magos del arte”. Lo describió como un hombre y literato que a pesar de la dura postguerra que le tocó vivir “siempre echaba raíces a la esperanza, escribía con sinceridad y talento, combinaba el sentimiento con el humor, un hombre que amaba la literatura como pocos”.
El mágico año 1969 en el que ganó el Nadal y el Premio Nacional de la Crítica, su cátedra de literatura española, su inmensa labor como articulista, critico teatral, ensayista, conferenciante, director de editorial y cronista histórico de Tomelloso, la aparición de varios premios que llevaron su nombre, el gran homenaje que recibió en los primeros años setenta, la llegada de su personaje Plinio a la televisión, esa inoportuna enfermedad que no le impidió seguir acudiendo a la tertulia…todo lo fue repasando Bárcenas con precisión y admiración hacia un escritor que tuvo la oportunidad de conocer muy de cerca, “A Pavón no le gustaba la gente que se subía a las mentiras, era honesto, hacía malabarismos con los folios colocando ideas, sosteniéndolas con el amor que ponía al escribir”.
Cuidado del relato jocoso
Aseveró Bárcenas que “Pavón era un escritor que cuidaba al máximo el relato jocoso cervantino y el detalle costumbrista. La Mancha siempre está presente en su obra”. No dejó en el tintero sus intervenciones en las tertulias del Gijón que “eran muy respetadas por su ingenio irónico, agradable, culto y ameno. Una terturlia donde aquellos escritores ocupaban siempre el mismo lugar y se pasaban unos a otros palabras de miel”.
José Luis Alonso de Santos recordó el primer contacto que tuvo con Pavón cuando estrenó su famosa obra la “Estanquera de Vallecas”. “La estrené siendo un escritor desconocido y allí estaba Pavón para hacer la crítica que salió en el Ya y que me ayudó mucho”. Después coincidirían como profesores en la Escuela Superior de Arte Dramático, “donde mantuvimos una relación estupenda a pesar de que éramos de pensamiento y generaciones diferentes, pero era un hombre muy inteligente”. Alonso de Santos refirió a un tercer encuentro cuando fue mantenedor Fiesta de las Letras en Tomelloso, en el año 1999, “donde todo era Pavón”.
Antonia García recordó los intensos años de actividad en la Escuela cuando Pavón dio clases en ella, “unos tiempos en los que la institución mantuvo un pulso decidido por la transformación del arte teatral y donde Pavón pasó sus apuros como director hasta el final de la dictadura en unos años conflictivos, que fueron imprescindibles para comprender la evolución posterior y el lugar donde nos encontramos”.
Recuerdos en el Café Gijón
Sonia García Soubriet evocó numerosos recuerdos junto a su padre en el Café Gijón. “Esta Café forma parte de mi vida. Veníamos aquí los domingos, a tomar el aperitivo, después de la misa. El Gijón está muy ligado a la persona de mi padre, era muy importante para él, donde compartía tertulias con sus amigos escritores”. Según explicó Sonia, “empecé a entrar mucho más en el mundo de mi padre cuando se puso enfermo y yo le acompañaba a la tertulia todas las tardes, un tertulia amena, divertida, abierta donde se hablaba de muchísimas cosas. Hubo unos años en los que estuvo en Tomelloso, pero nunca rompió los vínculos con Madrid donde sabía que era donde podía desarrollar su carrera profesional y literaria”.
Se refirió Sonia García Soubriet a la obra de su padre que “está totalmente enraizada en Tomelloso y en la Mancha. Cuidó mucho su obra, pero al mismo tiempo hizo un esfuerzo enorme por la cultura y la literatura española, especialmente el teatro social. Supo unir dos mundos muy diferentes; el de Madrid y el de Tomelloso, donde promovió muchos actos culturales. Y era el Gijón donde se unían estas dos corrientes. Las obras completas que se acaban de reeditar reflejan muy bien la trayectoria de mi padre y los dos mundos en los que trabajó: el creativo y el de la literatura, el de la Mancha y el de Madrid”,
“Paulina y Gumersindo”
Así el acto alcanzó un momento estelar. La actriz, Ana García Castellano, acompañada al piano por Virginia Gutierrez, narró magistralmente el cuento “Paulina y Gumersindo” en el que el escritor describió de una manera genial los sentimientos de ensoñación, amor alegría y tristeza.
“García Pavón escribía la vida como nadie lo hacía”, señaló Bárcenas.
Siguieron los recuerdos, comentarios sabrosos y evocaciones de la vida y obra de Pavón con la intervención del poeta y catedrático de literatura árabe que nos acercó al origen de varias palabras con un castellano perfecto y elegante. “El más chaval de la tertulia era yo y aprendía mucho escuchándoles”.
Una efeméride especial
Al final, cerraría el acto la concejala, Isi Serna, que disculpó la ausencia de la alcaldesa y dejó claro que “para el Ayuntamiento era imprescindible volcarnos en esta efemérides para situar a Pavón en el lugar que merece. Por este motivo, el Centenario de Pavón ha sido cultura, turismo, gastronomía, urbanismo y deporte, en definitiva todos los departamentos municipales se están volcando en la celebración”.
Una de las grandes artífices de la celebración del acto, la directora de la Bibilioteca que lleva el nombre del escritor, Rocío Torres, agradeció la generosa y cálida acogida del Café Gijón. “Pavón fue inmenso como persona y como escritor por este motivo se están haciendo muchas cosas en Tomelloso, pero había que salir fuera de allí también y era de obligado cumplimiento realizar un acto en este Café”. Torres aseguró que “seguiremos recordando a Pavón no solo este año, sino toda la vida, porque lo bueno perdura siempre”.
Una noche inolvidable
Las palabras se resistían a morir en una noche inolvidable y Bárcenas cerró el homenaje con la misma brillantez que lo inició. “Dentro de algo más de tres horas se apagarán las luces de este Café, se quedará en silencio y entonces empezará la segunda parte del homenaje a García Pavón que se presentará aquí y también lo harán los demás escritores. En un momento determinado, Pavón dirá con todo el orgullo: hoy el gran Café de Gijón ha sido el gran Café de Tomelloso”.
