Domínguez explicó que “uno de los reclamos desde el día en el que llegó a la Concejalía era devolver a un sitio tan sagrado y tan personal como es el cementerio el espacio de respeto, culto y serenidad que un lugar así se merece”.
“La realidad, es que la parte del cementerio nuevo se había convertido con el paso de los años en una escombrera, tanto era así, que ahora que se ha terminado la limpieza podemos decir que se han retirado más de 1.000 toneladas”, añadió el edil.
“Todos estos escombros han sido retirados de aquí entre camiones propios y camiones de la Mancomunidad, superando la centena de vehículos. De hecho comenzamos en octubre y hemos estado trabajando hasta últimos días de diciembre. Los escombros con impurezas se han llevado una planta de reciclaje y lo que se podía recuperar, como la zahorra, se ha aprovechado para los caminos como el de Peralvillo”.
El edil indicó que en este terreno que ha quedado limpio “está proyectado para este año la construcción de dos batería de fosas. El espacio permanecerá tal como está ahora, limpio”.