Es Alcudia Compañía Cervecera que ha lanzado al mercado su marca de cerveza artesanal fabricada en la ciudad de Puertollano, concretamente en el polígono La Nava. Bajo su marca Liber ha comenzado la producción y venta de esta cerveza que estará disponible en esta próxima semana en establecimientos comerciales y hosteleros.
Luis Javier Fernández y Pilar López son los propietarios de esta nueva fábrica que abre sus puertas en la ciudad de Puertollano con una inversión de 800.000 euros, cuenta con el 35% de subvención vía MINER y el compromiso de cuatro puestos de trabajo, si bien la red comercial de esta empresa conseguirá contar con unas 15 personas más.
Es una cerveza totalmente artesana, sin ningún tipo de aditivo, que intenta abrirse las puertas al mercado actual, en la que se utiliza el 85-90% de malta de la tierra, de Castilla-La Mancha, al ser de gran calidad mezclada con un 10-15% de malta alemana que le confiere mayor aroma, a la vez se mezcla con el agua de Puertollano -de muy baja mineralización- y que según, Fernández, para el maestro cervecero Boris de Mesones, “es un regalo utilizar un agua con muy poco contenido mineral” y que le da gran calidad. Los lúpulos provienen de Estados Unidos y de Centro Europa -Eslovenia- y la cerveza está sometida a un proceso de fermentación de unos veinte días. La diferencia de esta cerveza artesanal y una más industrial es que no está uperizada.
Es un tipo de cerveza poco conocido para el público que están acostumbrados a beber la cerveza tipo Pilsen, pero que en esta ocasión su paladar probará algo totalmente diferente. Si bien esta fábrica permitirá elaborar cualquier tipo de cerveza, pero en este momento lanzará una cerveza Special Bitter, tipo inglés elaborada con levaduras ale, no lager, para iniciar al público al mundo cervecero artesanal. Cuenta con 5 grados y con fermentación natural, el carbónico que lleva no es añadido sino que está dentro del proceso productivo, son las mismas levaduras las que carbonatan esta bebida.
Además, todos los residuos que se obtienen de este proceso de elaboración de cerveza artesanal están totalmente controlados, ya que el diseño productivo está realizado de tal manera que la planta sea eficiente en el aprovechamiento de sus recursos, por lo que el principal residuo que se genera de la malta, el bagazo, se aprovecha para la utilización ganadera alimentando rebaños de ovejas y los subproductos de la fermentación se reutilizan en el propio tanque carbonatando la bebida y evitando así utilizar CO2 industrial.
La capacidad de producción de esta planta actualmente llega a fermentadores de 5.000 litros por lo que pueden fabricar un máximo de 700.000-800.000 litros al año, lo que supone millones de botellas de cerveza. De momento el negocio se centra en la zona y se extenderá a la Costa del Sol, Córdoba y