En medio de un clima de mucha emoción, el alcalde de Tomelloso, Javier Navarro y Vicenta Olmedo han descubierto este viernes una placa en memoria de Florencio Aguado Rojano, el tomellosero que murió en los atentados del 11 M perpetrados hace veinte años. La placa se ubica en la avenida de Antonio Huertas, justo al lado de la entrada principal del Parque de la Constitución y casi enfrente del domicilio que Florencio y Vicenta tienen en Tomelloso. El acto ha contado con la presencia de concejales del PP y Vox y de mandos de la Guardia Civil, Policía Nacional, Policía Local y Protección Civil, además de varias decenas de vecinos y amigos de Florencio.
Antes de que se descubriera la placa, Marieli Blanco y Luis Osuna han interpretado dos obras: “El Cisne” de Saint Saëns y “La meditación de Thais” de Massenet contribuyendo a acrecentar la emoción y el respeto con el que se ha desarrollado el acto. Junto a la placa, se ha depositado un ramo de flores. La viuda, Vicenta Olmedo, ha agradecido el gesto sin poder contener las lágrimas. “Doy las gracias al alcalde por haber mostrado tanto interés en colocar e esta placa. Las que pusieron anteriormente las quitaron hasta tres veces, la última de ellas con una radial porque estaba en un mástil muy alto. Agradezco a Javier y a todo el Ayuntamiento su impliación por la colocación de esta placa que casi podré ver desde mi casa”.
Vicenta ha recordado la figura de su marido con impotencia e indignación. “Mi marido no le hizo nada a nadie y perdió la vida con 60 años por unos hijos de puta que se la quitaron a él y a otras 191 personas inocentes”.
Javier Navarro ha manifestado que “lo menos que podíamos hacer era honrar la memoria de Florencio y dar algo de consuelo a su familia y amigos. El sentido común nos decía que si la placa era robada, había que cambiar la ubicación y que mejor lugar que una avenida tan transitada como la avenida Antonio Huertas, muy cerca de la casa de Vicenta”. El alcalde se ha referido a aquel trágico episodio de la historia de nuestro país como “unos atentados injustos que nos obligaban a honrar la memoria de Florencio, un vecino de Tomelloso, y había que atender la justa solicitud de la familia ”.