Miguel Ruiz, presidente de la Fundación Libertatem, ha sido el primero en intervenir y ha explicado que los miembros del colectivo, formado por seis personas, tienen mucha experiencia en el trato con las personas mayores y han podido comprobar “que llegar a viejo es muy complicado”. La Fundación Libertatem nace con el deseo de cambiar las actitudes y para trabajar con lo que se conoce como gerontolescencia, esto es, la preparación al envejecimiento. El presidente de la fundación ha preconizado que “hay que aceptar determinadas situaciones, como que la vida cambia”.
Libertatem, explicaba Ruiz, quiere abrir un camino para enseñar lo que es el envejecimiento. Para envejecer bien, ha continuado explicando, se precisan cinco elementos, ejercicio, mente en movimiento, ocupaciones y obligaciones, alimentación y relaciones sociales. A partir de 2025, ha dicho, España va a ser el país con una esperanza de vida más alta del mundo, debido, entre otras causas a una buena alimentación, unas excelentes relaciones sociales y unas obligaciones que no nos agobian. Es por ello que el colectivo busca “que seamos dueños de nuestras vidas a través de la independencia” trabajando esos cinco puntos.
Es la soledad el tema central del acto y en lo que se centra el proyecto “Hilo Rojo”. La soledad, ha señalado Miguel Ruiz, puede ser física y emocional, “no sabemos como llega pero nadie está exento. Aparece al final de la vida, sin saber como”. Se trata de un vació tremendo “que convertimos en nuestra zona de confort y del que nos cuesta salir”. Según Miguel Ruiz, hay tres losas que impiden que abandonemos la situación de soledad, la vergüenza, la pereza y el orgullo, la causa principal. Ruiz ha explicado que todos queremos vivir nuestra vida, compartiéndola con los demás. Con el proyecto “Hilo rojo”, la Fundación Libertatem quiere hacer consciente a la sociedad de que la soledad existe y “entre todos vamos a luchar contra ella”.
Dulce Serrano, Educadora Social y miembro de la fundación, ha charlado con Zoilo y Mari. “Conocerlos ha sido una de las cosas más deliciosas que nos ha pasado”. Ambos se quedaron viudos, él quería salir de la soledad y ella estaba encerrada en ella. La pareja ha contado su experiencia, se casaron y llevan doce años juntos. Han unido sus soledades para vivir una bella historia, “con tu soledad y la mía —ha dicho Zoilo— podemos hacer maravillas”. Y es que, para los intervinientes, “la soledad se puede combatir”.