Carlos Aranda cortaba un rabo el pasado sábado 11 de mayo en Corral de Calatrava a un novillo de Víctor y Marín y, al día siguiente, en Bodonal de la Sierra (Badajoz), sufría una cornada de 20 centímetros en el muslo derecho al entrar a matar a un novillo de Carriquiri con el que esperaba cortar dos orejas.
El novillero daimieleño fue atendido en el hospital de Zafra, desde donde pidió el alta voluntaria para desplazarse hasta su domicilio de Daimiel.
La herida evoluciona favorablemente, según nos ha confirmado el propio torero, y ya poco a poco empieza a caminar muy despacio. Sin embargo no ha podido coger ningún trasto de torear por el corte que también sufrió en la mano izquierda al ser pisoteado por el novillo. Igualmente está pendiente de un estudio en profundidad en una de sus rodillas para descartar lesiones de gravedad al sentir molestias en la zona.