El agrícola es uno de los sectores más importantes de la provincia de Ciudad Real, con 9.000 empleados de media y hasta los 15.000 en las campañas agrícolas, y también, en base a las directrices del Real Decreto para luchar contra la precariedad laboral, han de fichar desde este lunes.
Los sindicatos ven positiva la medida y celebran la obligación de registrar el horario de inicio y finalización de la jornada laboral de cada empleado porque, a su juicio, los temporeros son de los trabajadores que peores condiciones sufren, “con salarios por debajo del SMI, extensas jornadas laborales, temporalidad y horas extras apenas contabilizadas, pagadas y cotizadas”.
Por el contrario, la patronal ve “complicado” el control de las jornadas, por las propias características de los cultivos y su recolección, “no es una oficina”, la falta de cobertura a Internet en algunas comarcas (en el caso del fichaje telemático), o la “gravosa carga administrativa” de la norma. Todo ello ha llevado a pedir a algunas organizaciones agrarias el desarrollo reglamentario específico que recoja las situaciones especiales que se dan en la agricultura y ganadería.
Regular las horas extras
David Vera, el responsable sindical de Industria de CCOO Ciudad Real ve la medida positiva porque “conseguiremos que se regulen las horas extraordinarias”.
En declaraciones a lanzadigital.com, asegura que es un paso más para que “poco a poco este tipo de horas vayan desapareciendo”, se conviertan en un contrato para otra persona, y así “se cree más empleo”.
A su juicio, “es estructural y sistemático” el uso “abusivo” de las horas extras, que además hay casos en los que “se pagan por debajo de lo que marca el convenio”.
Vera también espera que la inspección de trabajo “empiece a visitar las empresas para revisar los registros”, aunque reconoce que hay fincas del sector “en las que es complicada la nueva regulación”, y por ello se pone a disposición de las partes para hablar de las posibilidades.
Hay explotaciones agropecuarias, recuerda, que realizan control horario desde hace años, algunos con dispositivos electrócnios y otros analógicos con partes firmados, y las que no lo tengan “tienen un margen de dos meses para adaptarse”.
Muy difícil
De su lado, el secretario técnico de Asaja Castilla-La Mancha, Arturo Serrano, asegura que Asaja “no se opone a que se controlen las horas”, aunque en determinadas recolecciones y cultivos “es muy difícil”.
“Hay una falta de conocimiento de cómo funciona el sector”, sobre todo en las campañas del ajo, la cebolla o la vendimia, donde se contrata a mucha mano de obra y “el empleador no conoce a los contratados”, muchos de ellos de otras nacionalidades “con dificultades” a la hora de firmar los partes de horas.
Serrano se queja de las “cargas administrativas”, y de las complicaciones para cumplir este tipo de medidas, cuyo incumplimiento será una infracción grave, multada hasta con 6.250 euros.
El líder agrario sostiene que las normas de prevención “se cumplen a rajatabla”, y además “les damos casa, agua, ropa y comida”.
Falta de conectividad
El secretario regional de COAG, Ángel Gálvez, también coincide en que “es muy difícil” el control horario en el campo, sobre todo porque en el caso de emplear nuevas tecnologías no es efectivo porque “en la mitad de los pueblos no hay internet, ni cobertura”. De la misma manera, asegura que es una realidad “que no ayuda a luchar contra el despoblamiento en los pueblos”.
El dirigente agrario muestra así su inquietud ante la nueva exigencia gubernamental, y subraya la variabilidad de cada trabajo agrícola. “Por ejemplocuando se recogen espárragos hay días que no se pueden cortar porque llueve, y otros porque el secadero no recepciona producto por problemas de espacio, como a veces ha pasado en las cooperativas en vendimia,..”, ilustra Gálvez.
“Es muy complicado por las propias características de cada campaña, asegura este portavoz, y por las condiciones del tiempo”, ya que “no es una oficina” y cada jornada laboral “es distinta”.
Categorías laborales
José Juan Gómez de Toro, agricultor de Moral de Calatrava “ve bien” la medida, aunque reclama “categorías laborales en función de la cualificación” para el sector agrario porque “no es lo mismo ser tractorista que podador”.
Gómez de Toro, de 43 años, es autónomo, y contrata a trabajadores en épocas de recolección de uva y aceituna “pero yo soy uno más y voy con ellos”. A partir de ahora tendrá que controlar y registrar las horas con un instrumento fehaciente para poder presentarlas en caso de solicitu por parte de Hacienda.
Recuerda que hay fincas agrícolas y explotaciones “que ya fichan”, y el resto “nos tendremos que ir adaptando”.