Jean Monnet, hijo de una familia de comerciantes de Cognac es considerado como uno de los padres de la Unión Europea. En el libro de sus Memorias publicado en francés en 1976 va relatando en diferentes artículos los problemas de Europa y su voluntad de ir creando una unidad entre los diferentes países. En la edición española, Felipe González escribía un prólogo titulado Tiempo de atrevimiento: “Los demócratas españoles identificaron siempre la lucha por la libertad en nuestra tierra con la idea de Europa”.
Y en ese proyecto, en una historia de Europa que no puede concebirse sin España estuvo de manera esencial un hombre como Manuel Marín. Madariaga reclamaba pensar en Europa antes de hacerla. Y Manuel Marín, en tiempos en que casi nadie sabía lo que era esa realidad en nuestro país, estaba conociendo, formándose en la realidad del derecho europeo. Porque la política necesita personas preparadas intelectual y profesionalmente para que el ejercicio de la misma sea un ejercicio de conocimiento y de excelencia en la gestión de lo público. Y Manuel Marín ha sido de los políticos que han llegado a su gestión y a su participación en la vida política con la cualificación excelente de su trayectoria profesional.
Monnet decía “Cuando una idea corresponde a la necesidad de la época, deja de pertenecer a los hombres que la han inventado y se hace más fuerte que aquellos que la tienen a su cargo”. Manolo fue de los que construyeron la presencia de España en la Comunidad Europea y su idea fuerte ha servido para que nuestro país cambie de forma sustancial. Hay proyectos políticos que superan las actuaciones de los que lo realizan. Y el proyecto de la entrada en la comunidad europea con personas como Manolo Marín, Fernando Morán o Felipe González ha cambiado radicalmente nuestro país. Es importante cuando se ha trabajado en política poder dar cuenta de una realidad conseguida, de una capacidad de gestión llevada adelante con el trabajo, el diálogo y el saber hacer. Los programas sociales, los Erasmus y muchos desarrollos de la realidad europea tienen el sello del trabajo de Manuel Marín.
Manolo tenía ese talante de hombre que ha viajado y conocido el mundo, que tiene una cultura política que le permite establecer el diálogo y la comprensión con todos, piensen igual o diferente de él. Llegaba a Ciudad Real con su imagen de viajero europeo que a veces pronuncia equivocadamente el castellano hablando de Castilla Mancha. Una imagen personal de hombre delgado, alto, con las manos grandes que gesticulan, su barba y su pelo blanquecino. Pero, llegaba con la sencillez de la persona conocida, apreciada por sus amigos que conservaba los lazos y las raíces del lugar en el que había nacido. Hay personas que hacen que la política sea reconocida como valor a cultivar y a apreciar y Manolo ha sido una de las que ha realizado aportaciones esenciales para la vida de nuestro país. Felipe González citaba en el prólogo de las Memorias de Monnet a Henri Spaak: “La realidad de mañana es tan importante como la de hoy y el que no sueña nunca no construirá nada que sea verdaderamente importante. Si los europeos de ayer hubieran sido sólo realistas, nada de lo que hoy constituye la Europa de mañana existiría”. En ese sueño de futuro de una España mejor dentro de Europa estuvo Manolo Marín con su saber hacer, su gestión eficaz y su voluntad de futuro.